Tardígrados congelados durante 30 años vuelven a la vida

Los tardígrados son animales realmente asombrosos. Su capacidad de supervivencia ha sido puesta a prueba de las formas más radicales: ya los congelaron, hirvieron, irradiaron, los deshidrataron y los sometieron al vacío del espacio, e invariablemente sobrevivieron.

tardigrado

Ahora, una nueva medalla para estos animales: tardígrados que habían permanecido en un estado de congelación desde el mes de noviembre de 1983 fueron “revividos”, y uno de ellos incluso puso huevos que dieron origen a unas crías saludables.

En aquel lejano año de 1983, un grupo de científicos japoneses que trabajaba en la Estación Showa, en la Antártida, recolectó y congeló musgo y, junto con la planta, dos adultos y un huevo de tardígrado de la Antártida, el Acuntuncus antarcticus, a una temperatura de -20º C.

Treinta años y seis meses después, descongelaron la muestra. Los adultos SB-1 y SB-2 (etiquetados así por “Sleeping Beauty”, “Bella durmiente”), pronto comenzaron a moverse, pero el SB-2 murió en poco tiempo por no alimentarse lo suficiente.

Fue SB-1 quien dio la sorpresa más grande. Después de ser rehidratado, el animal empezó a mover sus patas. Cinco días después empezó a mover el cuerpo lentamente. Al sexto día, empezó a levantarse. En el noveno, ya se arrastraba. Para el día 13, el tardígrado ya estaba alimentándose.

Después de esta “milagrosa” recuperación, pasó a depositar 19 huevos. De estos, 14 eclosionaron dando lugar a 14 crías saludables. Fue la primera ocasión en que un tardígrado demostró pleno uso de sus órganos reproductivos tras un descongelamiento.

En cuanto al huevo congelado, nombrado SB-3, también eclosionó. De allí emergió un tardígrado que también colocó sus 15 huevos propios, 7 de los cuales resultaron en crías saludables.

El tardígrado aún no rompe la marca del tiempo que un animal ha sido congelado y después reanimado. Esta hazaña la logró un nematodo, el Tylenchus polyhypnus, que permaneció 39 años congelado, y la larva de otro nematodo, la Anguina tritici, que fue resucitada después de 32 años en congelación.

Los científicos ahora estudiarán exactamente qué sucede entre el sexto y el noveno día después del descongelamiento y qué permitió a SB-1 y SB-3 retornar a sus funciones normales. Probablemente sepamos alguna otra hazaña o rareza de los tardígrados muy pronto.

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