Hoy abordaremos la paradoja sorites (σωρείτης sōreitēs) o paradoja del montón. Un razonamiento que debemos a los griegos y que tiene que ver… con un montón. Aunque sus implicaciones en el mundo real van mucho más allá. Supongamos que tenemos un montón de arena, específicamente conformado por 3,377,266,778,089,179,961 granos (son tres trillones y algo).
Sócrates, a través de la popular frase “yo sólo sé que no sé nada“, sintetizó la necesidad humana por cuestionar todo aquello que nos rodea, incluso lo que tenemos certeza de conocer. Siguiendo esta lógica, ¿alguna vez te has detenido a pensar en que gran parte de las cosas que experimentamos o escuchamos en nuestra vida cotidiana resultan paradójicas? Échale un vistazo a esta lista que terminará dejando tus sesos como pollo KFC.
Imagina que tienes un barco terminado hecho completamente de madera. Cierto día cambias una de las tablas por otra, de aluminio. El barco sigue siendo el mismo; sin embargo, ahora tiene un trozo de aluminio.
Filósofos y pensadores a lo largo de la historia han fabricado paradojas sin solución cuyo único fin es asombrarnos con los misterios de nuestra existencia y de la propia mente humana. No sabemos qué porcentaje de estas ideas se hicieron bajo los efectos de sustancias psicotrópicas, pero seguramente es muy alto. Échale un vistazo a diez paradojas que te volarán la mente.
El quinto episodio de la sexta temporada de Game of Thrones, que fue el último en emitirse el pasado domingo (22), fue una puñalada trapera directo al corazón de los fans (como cuando cortaron la cabeza de Ned Stark, cuando pasó lo de la Boda Roja y tantas otras veces en las que la serie nos ha partido el corazón). Las revelaciones hechas sobre el pasado de Hodor y sobre cómo dejó de ser Willys para convertirse en el personaje que conocimos durante toda la serie fueron impactantes.
(ALERTA MÁXIMA DE SPOILER)
La popular paradoja del gato de Schrödinger enuncia que un gato cuántico encerrado en una caja se encuentra vivo y muerto al mismo tiempo hasta que alguien abre la caja, momento en que sucede una u otra cosa, así de rara es la mecánica cuántica. Pero si un simple acto de observación resulta determinante para el resultado de un experimento, ¿qué sucedería si nunca dejáramos de mirar? La respuesta, por muy loca que parezca, es que el tiempo se detiene.
