A veces resulta inevitable: cuando los padres están cansados o estresados y las discusiones con sus hijos (sean niños o adolescentes) se hacen más acaloradas, existen algunas frases graves que salen entre la discusión y que pueden perjudicar bastante a ambas partes.
Si se llega a suscitar una discusión, lo ideal es intentar mantener el autocontrol –principalmente para no arrepentirse después de las cosas que fueron dichas al calor del momento y que no representan la realidad.
El acontecimiento de convertirse en padre de un pequeño debe ser, sin lugar a dudas, una de las experiencias más hermosas y exigentes de la vida. Más allá de las conductas aprendidas en la sociedad, nuestra propia naturaleza nos hace proteger y cuidar por puro “instinto” a nuestros hijos.
La vida moderna suele ser demasiado ocupada. Si te pones a pensar un segundo verás que este ritmo tan ajetreado se resume entre posponer los objetivos para inicio de año, atrasar los encuentros con los amigos, perder un almuerzo con la familia, y un largo etcétera.
Quien tenga más de un hermano y haya crecido próximo a los patios, el suelo de la tierra y los árboles, se verá bastante identificado con este artículo. Y quien no haya tenido la fortuna de haber crecido en esta realidad, se identificará con la universidad de los valores transmitidos por las fotos de Alain Laboile.
Alain ingresó por pura casualidad al mundo de la fotografía cuando compró una cámara por la necesidad de llevar el registro de sus esculturas. Al paso de tiempo, su mirada se enfocó en su descendencia: con sus 6 hijos, emprendió un fantástico viaje en la cotidianeidad de una vida familiar, donde la atemporalidad y la universalidad de la infancia se hacen una. Son trozos de vida que trascienden nuestra realidad, una sesión de fotos que el autor tituló “La famille”.
Muchos matrimonios nunca llegarán a entender que mantener una familia no es una competencia, sino un trabajo en equipo, y aún aclarado esto, la idea de que “las madres tienen un papel más importante que los padres en las vidas de los niños” sigue siendo dominante. ¿No es tiempo ya de actualizar esa creencia?
A continuación, podrás ver seis puntos en los que los padres, a su manera, pueden ayudar tanto (o incluso mejor) como las madres.
¡Rápido! dime en que orden naciste dentro de tu familia y lo que significa para ti. ¿Fuiste el más joven, el bebé, que fue atendido, protegido (tal vez de más) y al que nunca dejaron tomar sus propias decisiones? ¿O fuiste el más viejo, que tenía toda la presión y la exigencia de “dar un ejemplo”? O, ¿te resignaste con un lugar en el medio, un niño perdido, que de alguna manera cayó en el olvido? Ninguno de los extremos parece confortable, ¿verdad?, y puede que tampoco lo sea haber sido el constructor de paz como el hijo del medio, tratando de mantener la calma en una familia que, por lo demás, fue un poco caótica.
Algunos expertos creen que el orden de nacimiento es una herramienta importante para predecir la conducta de un adulto. Argumentan que determina la forma de ver el mundo, cómo esperas que el mundo te trate, y cómo tratas a los demás. Si eres el bebé de la familia, es probable que te cases con el primogénito. ¿Por qué? Debido a que ya saben cómo cuidar de ti.