Toby Brown, sin exagerar, pareciera protagonista de una versión cósmica de la serie de televisión CSI. Este astrofísico recientemente descubrió la identidad de un asesino serial del calibre de Thanos: el plasma intergaláctico súper caliente. ¿Sus víctimas? Miles de galaxias.
Los astrónomos descubrieron algo increíble entre la espesa niebla de nuestra propia galaxia. Se trata del Supercúmulo Vela, una de las estructuras más grandes encontradas en el Universo. No es otra cosa que un grupo masivo de múltiples conjuntos de galaxias, cada uno de estos conteniendo cientos o miles de ellas.
Aunque a simple vista parezca que estas dos galaxias están próximas a una inminente colisión, en realidad se encuentran a millones de años luz de distancia una de la otra.
Allá arriba, donde nuestros ojos mortales no pueden llegar, existe un panorama tan hermoso que realmente debe parecer un sitio sagrado. Intentando aproximar un poco de estos elementos a los seres humanos, el artista Tomizu Satoshi elabora unos pequeños colgantes de cristal que simulan planetas y galaxias en su interior, como si las personas pudieran guardarlos en estos pequeños recipientes.
Para los astrofísicos teóricos Tsvi Piran, de la Universidad de Jerusalén, y Raul Jimenez, de la Universidad de Barcelona, el universo es un lugar mucho más solitario de lo que imaginábamos. Según su investigación, solo el 10% de las 100 mil millones de galaxias del universo son capaces de albergar formas complejas de vida.
Hoy más que nunca se sospecha que el ser humano ha estado en este planeta mucho más tiempo de lo que la ciencia creía. La humanidad como conjunto, ha estado quizás varios millones de años atrás, incluso más avanzada tecnológicamente de lo que estamos nosotros ahora. Pero por alguna razón, nuestros ancestros se perdieron en el tiempo, no una sino muchas veces, y quizás nos vuelva a pasar lo mismo a nosotros respecto a las generaciones que nacerán en el futuro distante. De pronto como que perdemos el hilo, la conciencia se desmaya y al despertar ha olvidado sus vínculos con los que les precedieron, quizás 500 millones de años atrás.
El universo se está expandiendo cada vez más, demostrado por la velocidad con que se alejan las estrellas de nosotros. Cuanto más lejos están, más rápido lo hacen. Si una galaxia que se encuentra a 100 millones de años luz de nosotros se aleja a 2 mil kilómetros por segundo, otra galaxia a 200 millones de años luz lo hará a 4 mil kilómetros por segundo. Y en la medida que las galaxias se alejan unas de las otras, algunas pueden chocar entre sí al entrecruce sus líneas de expansión.