El Sol podría ser la razón de que los extraterrestres no nos visiten

Conforme crece nuestro conocimiento del Universo, la paradoja de Fermi se niega a desaparecer. Este ejercicio mental pone muy arriba el número de civilizaciones en nuestra galaxia, pese al hecho de que todavía no observamos indicio alguno de tales civilizaciones. Los detractores de la paradoja de Fermi argumentan que, si existieran civilizaciones expandiéndose rápidamente por la Vía Láctea, alguna habría alcanzado el Sistema Solar. Entonces, como ninguna lo ha hecho significaría que no existen.

civilizacion extraterrestre desconocida(1)

Durante décadas, tanto científicos como pensadores han analizado la paradoja de Fermi buscando razones por las que todavía no observamos evidencia de una civilización tecnológicamente avanzada. Entre las explicaciones más simples destacan los obstáculos que supone un viaje interestelar, así como lo extraordinariamente rara que puede ser la vida en otros mundos.

Ahora, un grupo de investigación propone una hipótesis un tanto polémica. Tal vez, para estas civilizaciones longevas de rápida expansión nuestro Sistema Solar es insignificante. Especialmente el Sol, una estrella de poco interés para sus propósitos.

La paradoja de Fermi y la ecuación de Drake.

La paradoja de Fermi y la ecuación de Drake son conceptos que van de la mano. La segunda es una estimación estadística sobre el número de civilizaciones contenidas en la Vía Láctea. No arroja un número en específico, sino que estructura los conceptos con los que tendríamos que lidiar si pretendiéramos estimar la cantidad de civilizaciones en nuestro vecindario cósmico.

El número de estrellas figura como un componente crítico en la ecuación de Drake. Además de considerar el índice de formación estelar en la galaxia, también incluye cuántas de esas estrellas hospedan sistemas planetarios y cuántos de esos planetas son capaces de albergar vida. De hecho, la ecuación puede afinarse todavía más considerando en cuántos de estos planetas puede desarrollarse la vida.

Así como el número de seres capaces de evolucionar a civilizaciones tecnológicas y cuántas de estas civilizaciones podrían aventurarse a la exploración espacial. Finalmente, la ecuación de Drake también estima el tiempo de vida de estas civilizaciones. Las estimaciones sobre el número de civilizaciones tecnológicamente avanzadas que existen en la galaxia dependen de las variables usadas para responder a cada una de estas preguntas.

Aunque se trata de un ejercicio u experimento mental basado en evidencia rudimentaria, resulta de mucho interés para los científicos.

Civilizaciones extraterrestres en expansión por la galaxia.

El artículo, elaborado por el astrobiólogo Jacob Haqq-Misra y el científico de investigación espacial Thomas J. Fauchez, se enfocó en los tipos de estrellas. La primicia es que no todas las estrellas son de interés para una civilización tecnológica en expansión. Las estrellas con poca masa, particularmente las enanas naranjas de tipo-K, serían objetivos ideales de migración para las civilizaciones longevas.

Civilizaciones extraterrestres en expansión por la galaxia

¿Cómo colonizarían la Vía Láctea?

El 1975, el astrofísico Michael Hart realizó un análisis magistral de la paradoja de Fermi. Según Haqq-Misra, el artículo publicado por Hart “era una explicación a la ausencia de extraterrestres en la Tierra”. El astro biólogo también lo considera el primer análisis riguroso de la paradoja, pues reveló cómo una civilización puede diseminarse por la galaxia en un lapso menor a la edad de la propia galaxia.

El análisis de Hart incluía una explicación de lo que sucedería si una civilización colonizaba las cien estrellas más próximas. Si tenían éxito, en cada uno de esos sistemas estelares replicarían el mecanismo de colonización, un proceso recursivo que les permitiría extenderse velozmente por la galaxia. “A ese ritmo, recorrerían la mayor parte de nuestra galaxia en unos 650 mil años”, señaló Hart.

El astrofísico también mencionó que una civilización tecnológicamente avanzada tendría tiempo para llegar hasta nosotros, a menos que hubiera empezado hace dos millones de años. En esa época, Hart considero que la única explicación posible para la ausencia de evidencia sobre civilizaciones extraterrestres es que no existen.

En el mismo artículo, Hart señaló que los proyectos para buscar vida inteligente en otros mundos, como SETI, son una pérdida de tiempo y dinero. Y que, si alguien llegaba a colonizar el Sistema Solar, probablemente serían nuestros descendientes. Curiosamente, los autores del artículo publicado el mes pasado no están de acuerdo con las conclusiones de Michael Hart.

No todas las estrellas son iguales.

Una de las suposiciones más comunes entre los científicos que analizan la paradoja de Fermi es que las estrellas poseen el mismo valor para una civilización espacial. Asumiendo que su expansión por la galaxia sería igual en todas direcciones. “Consideramos, tomando en cuenta la hipótesis de Hansen & Zuckerman, que una civilización expandiéndose por la galaxia optará por instalarse en sistemas de enanas K o M de baja masa. Esto con el fin de extender su estancia en la galaxia”, explican los autores.

colonizacion de las estrellas

Desde la perspectiva humana, la longevidad de las estrellas resulta intrascendente. Para el humano promedio, ¿qué diferencia hay entre una estrella que dura 10 mil millones de años contra otra que dura 3 mil millones de años? Ahora, imagina que formas parte de un comité donde se toman decisiones de expansión a otros sistemas estelares para una civilización que tiene varios millones de años. En este caso, la edad de las estrellas sería sumamente relevante.

Las enanas rojas del tipo K y M tienen vidas mucho más largas. Incluso para una civilización capaz de realizar viajes interestelares, la colonización de otros sistemas solares exigiría una enorme cantidad de recursos. Y no tendría lógica dispensar tantos recursos para establecerse en un sistema estelar con un tiempo corto de vida.

El club galáctico de estrellas de baja masa.

Según los autores, si estas civilizaciones colonizaran exclusivamente enanas K y M, diseminarse por toda la galaxia les tomaría unos dos mil millones de años. Aunque, dependiendo de su capacidad de transporte, este periodo podría reducirse drásticamente. Esta estimación parte de la suposición de que una civilización se esparciría por la galaxia en olas. De hecho, existirían lapsos en los que estas civilizaciones avanzadas se limitarían a esperar la aproximación de una estrella favorable.

Es más, los autores se permiten imaginar la existencia de un “club galáctico de estrellas de baja masa” esparcido por la Vía Láctea en este momento, idea que no se puede descartar simplemente porque no somos capaces de observarlo. La ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia, como señalan los investigadores.

¿Qué motiva la expansión de una civilización avanzada?

Pero, ¿qué conduciría a la continua expansión de una especie? Podría argumentarse que la necesidad de energía, el crecimiento poblacional, el dominio sobre otras especies o la simple curiosidad científica. Sin embargo, todos estos son problemas afines a la humanidad. Nuestro viaje como especie inició hace unos 250 mil años.

civilización avanzada

Las razones que nos impulsan a colonizar el espacio y la estructura del pensamiento que nos guía como civilización no ha sufrido la rigurosa prueba del tiempo. El tiempo es el gran regente del Universo. Gobierna nuestra humilde expectativa de vida, las eras de las civilizaciones extraterrestres y la vida y muerte de las estrellas. Puede que la relatividad influya sobre el tiempo, pero no tiene capacidad para anularlo.

Hipótesis a granel.

¿Qué sucedería con una especie capaz de dominar la extensión de la existencia, vivir durante tanto tiempo que sus individuos puedan protagonizar múltiples expansiones en otros sistemas estelares? Mejor aún: ¿y si no son estrictamente individuos como los humanos, sino parte de un sistema híbrido conformado por un colectivo genético de entes independientes? ¿Y si estas especies son capaces de absorber nuevas informaciones genéticas de formas que ni siquiera podemos concebir?

¿Cómo se comportarían si estuvieran completamente libres de las limitaciones que supone una vida corta? ¿Y si no se tratara de seres orgánicos y las clases de cosas que hoy nos impulsan a nosotros formaran parte de su pasado distante? ¿Quizás simbiontes? Lo cierto es que nunca terminaríamos de suponer las características de estas civilizaciones.

Aquellas cosas en las que no podemos pensar resultan sumamente inútiles, excepto para reconocer aquellas que existe. A menudo, esta es la conclusión a la que han llegado muchas discusiones sobre la paradoja de Fermi y la ecuación de Drake. Hay tanto que desconocemos, que ni siquiera somos capaces de asimilar que no lo sabemos. Los humanos están en pañales.

2 comentarios en “El Sol podría ser la razón de que los extraterrestres no nos visiten”

  1. Yo sigo con la idea de que si nos han visitado, pero mantienen una postura de observación y por eso no se han mostrado al publico en general, de momento somos irrelevantes para ellos , como dijo Diego en su comentario, para ellos no somos mas que una granja de hormigas

  2. siempre he pensado que la humanidad es igual a la colonia de hormigas de la pelicula «hormiguitaz», pensando que somos los unicos existiendo en el cosmos e ignorando totalmente lo gigantesco que es el universo.

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