¿Alguna vez te detuviste a pensar que los polluelos de paloma rara vez se ven por ahí? Si lo analizas bien, resulta muy poco probable que guardes algún recuerdo de estos pequeños seres emplumados deambulando por un parque o plaza atestada de palomas. Sin embargo, la explicación a este aparente misterio es más simple de lo que supones.
Según Debra Kriensky, una bióloga de conservación de la Sociedad Audubon de la Ciudad de Nueva York, los polluelos de paloma son animales sumamente tímidos y esquivos. Sucede que, cuando finalmente se atreven a dejar el nido, ya tienen un tamaño considerable y asemejan más a palomas adultas que a tiernos polluelos. Entonces, por esta razón no es de extrañar que pasen desapercibidos para los humanos.
Kriensky explica que los polluelos de paloma están listos para alzar vuelo aproximadamente entre 25 y 32 días después de que rompen el cascarón. Si lo piensas, es una ventana de tiempo muy pequeña para poder avistar a un polluelo de paloma antes de que se infle y llene de plumas como sus padres. Ahora, probablemente te estás preguntando cómo se ven estas crías de paloma en comparación con sus contrapartes adultas.
Martin Fowlie, de la Sociedad Real para la Protección de Aves (RSPB), sabe muy bien la respuesta. “Los polluelos de paloma nacen completamente desprovistos de plumas. Por eso la necesidad de esperar casi un mes para desarrollar el exuberante plumaje antes de aventurarse al mundo. Al mantenerse resguardados en sus nidos hasta estar completamente preparados, reducen la probabilidad de adquirir enfermedades o caer en las garras de algún depredador”.
¿Y si encuentro un polluelo de paloma?
¿Qué debes hacer si te encuentras con un polluelo de paloma? Es prácticamente seguro que, si esto sucede, el ave cayó del nido y necesita de tu ayuda. Según Kriensky, es común encontrar crías que han caído del nido antes de ser lo suficientemente grandes para volar y defenderse. En tal caso, lo mejor que puedes hacer es devolver el polluelo a su nido, crear un nido improvisado cerca de donde lo encontrarse o llevarlo a un refugio de vida silvestre.
Ahora sabes por qué nunca encuentras polluelos de paloma en el parque. Aunque esta explicación no resulte tan intrigante como la existencia de una sociedad secreta de palomas, al menos ya tienes tema de conversación para la próxima reunión con tus suegros.