En los albores del nuevo milenio, el mundo se sorprendió cuando la rotación terrestre empezó a cambiar de forma inesperada. El desconcertante fenómeno dejó perplejos a los expertos, quienes no encontraban una explicación aparente. Durante décadas, los científicos vigilaron de cerca la posición promedio del eje de rotación de nuestro planeta, esa línea imaginaria alrededor de la cual gira. La tendencia era de una lenta deriva hacia el sur, alejándose del Polo Norte geográfico y acercándose a territorio canadiense.
Sin embargo, repentina e inesperadamente, el movimiento tomó un rumbo hacia el este. Conforme pasaba el tiempo, los científicos concluyeron que el fenómeno estaba vinculado a la aceleración del derretimiento de las capas de hielo y los glaciares en las montañas. Una alteración que redistribuyó la masa en la superficie terrestre, afectando su rotación. Sin embargo, este no era el único responsable.
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Recientemente se descubrió otro factor que contribuye a la alteración del eje terrestre: la explotación desmedida de las aguas subterráneas para la agricultura. El agotamiento de los recursos hídricos subterráneos también alteró la distribución de masa de la Tierra. Desencadenando cambios significativos en su eje de rotación. El hallazgo despierta gran interés en la comunidad científica y plantea nuevas preguntas sobre el impacto de las actividades humanas en el funcionamiento de nuestro planeta.
Los mantos acuíferos y su relación con el eje de rotación terrestre.
El geofísico Ki-Weon Seo, líder del equipo responsable de este descubrimiento en la Universidad Nacional de Seúl, se sorprendió al desenmarañar la sólida relación entre la extracción de aguas subterráneas y la inclinación del eje terrestre. Durante mucho tiempo, los expertos en recursos hídricos advirtieron de las consecuencias de la explotación desmesurada de los mantos acuíferos. Especialmente en áreas severamente afectadas por la sequía, como el oeste de Estados Unidos.
Cuando extraemos agua del subsuelo en cantidades superiores a la capacidad de regeneración natural, corremos el riesgo de agotar estas reservas. Esto puede conducir al colapso del terreno, causando daños en la infraestructura. Pero, lo peor es que se reduce el espacio disponible para el almacenamiento subterráneo.
Según estimaciones científicas, entre 1960 y 2000, la tasa de agotamiento de las reservas de agua subterránea en todo el mundo se duplicó. Alcanzando un aproximado de 75 billones de galones al año. Desde entonces, los satélites que miden las variaciones en la gravedad terrestre certifican una impresionante disminución de estos mantos acuíferos. Especialmente en zonas densamente pobladas como la India y el Valle Central de California, en Estados Unidos.
El futuro incierto del agua en la Tierra.
Actualmente, el mundo enfrenta un futuro incierto en cuanto a la relación entre la Tierra y el agua. Los océanos, que alguna resultaron clave en la evolución humana, podrían llevar miseria y muerte a todos los rincones del mundo. Las impactantes Cataratas Victoria, provenientes del río Zambeze en la frontera entre Zambia y Zimbabue, experimentan la peor sequía de los últimos cien años. El majestuoso escenario de las cascadas se convirtió en un abismo árido.
Cualquier actividad humana que abone al calentamiento global tiene consecuencias directas en los océanos y la criosfera. En esta última se incluye el hielo marino, los glaciares, las capas de hielo polar y el permafrost, un tipo de suelo permanentemente congelado que se encuentra en la región del Ártico. Ante estos desafíos, Matthew Rodell, científico del Goddard Space Flight Center de la NASA, no se muestra particularmente sorprendido por los últimos hallazgos.
Sin embargo, le resulta increíble la capacidad de los investigadores para sacar estas conclusiones a partir de los datos recopilados en el estudio publicado en la revista científica Geophysical Research Letters. Sobre todo, destaca la precisión de las observaciones del movimiento polar, que revelan este efecto. Es cierto que una variación en la rotación terrestre no es suficiente para alterar las estaciones del año, determinadas por la inclinación del planeta. Pero, los patrones y las variaciones en la rotación planetaria son extremadamente importantes para los sistemas de navegación por satélite. Mismos que guían aviones, misiles y aplicaciones de localización.
Eje errante del planeta.
Este descubrimiento motiva a los investigadores a profundizar en su comprensión de por qué el eje de rotación se está desplazando y hacia dónde se dirige. La verdad es que, aunque no lo percibamos directamente, el movimiento de nuestro planeta está lejos de ser tan suave como se representa en un globo terráqueo. Mientras atraviesa el espacio, la Tierra oscila como un frisbee lanzado torpemente. Esto se debe, en parte, a su forma no perfectamente esférica, con una protuberancia en la región del ecuador.
Además, las masas de aire están en movimiento constante en la atmósfera y el agua de los océanos fluye sin cesar, lo que provoca un ligero desplazamiento del planeta hacia un lado u otro. A esto se suma un fenómeno conocido como “eje errante”. Una de las principales causas de este movimiento es el rebote de la corteza y el manto terrestres después de estar cubiertos por capas de hielo gigantescas durante milenios. Estos cambios alteran el equilibrio de masa alrededor del planeta.
En la actualidad, este equilibrio está alterándose debido a razones relacionadas con la actividad humana y los cambios climáticos globales. El derretimiento de los glaciares en las montañas, en Groenlandia y en las capas de hielo de la Antártida, así como las modificaciones en la composición del suelo y la construcción de embalses, son factores que contribuyen a este fenómeno. Además, existen otras fuerzas que aún no se estudian a profundidad y que podrían estar influyendo en el cambio del eje de rotación de la Tierra en una nueva dirección. Así lo explica Clark R. Wilson, profesor y geofísico en la Universidad de Texas.
A medida que avanzamos en la exploración y el estudio de nuestro planeta, es crucial considerar el impacto de nuestras acciones en el equilibrio y la estabilidad de la Tierra. Solo a través de un enfoque sostenible y una gestión cuidadosa de nuestros recursos podremos preservar y proteger nuestro hogar en el vasto universo.