Desde hace más de un siglo la ciencia descubrió el proceso por el que algunos crustáceos tienden a evolucionar cuerpos parecidos al de un cangrejo. Sin embargo, aún se desconocen los motivos. Aparentemente, para la evolución la estructura corporal de un cangrejo proporciona el mejor desempeño ante las amenazas del entorno. Y es que, al menos en cinco ocasiones, ha promovido estos desarrollos estructurales entre decápodos. Un orden de crustáceos entre los que se incluyen langostas, camarones y los propios cangrejos.
Carcinización: tendencia a evolucionar como cangrejos.
En 1916, el zoólogo inglés Lancelot Alexander Borradaile acuñó el término carcinización para referir al proceso de evolución convergente en el que un crustáceo evoluciona a una forma que asemeja a la de un cangrejo partiendo de un cuerpo distinto. Borradaile observó que la forma del cangrejo ha evolucionado en múltiples ocasiones y describió la carcinización como uno de los “muchos intentos de la naturaleza para hacer evolucionar un cangrejo”.
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Aunque desde hace más de un siglo conozcamos esta tendencia de la evolución hacia la carcinización, la verdad es que los científicos todavía no saben por qué sucede. Sin embargo, actualmente se manejan varias hipótesis.
Si bien es cierto que muchos crustáceos han adoptado un plano corporal parecido al de los cangrejos, la realidad es que forman parte de un grupo de crustáceos muy cercano referido como “falsos cangrejos”. La evolución rara vez se equivoca: cuando una característica surge en una especie y se mantiene a través de varias generaciones, es una señal inequívoca de que la característica representa una ventaja en la supervivencia. Aunque, la variedad de animales con esta clase de cuerpo hace difícil identificar la ventaja en común.
Hipótesis sobre la carcinización.
En 2021, la bióloga evolucionista Joanna Wolfe publicó un artículo científico donde detalle algunos de esos beneficios. Por ejemplo, al presentar una cola contraída contra el cuerpo, la cantidad de carne expuesta es mínima, cosa que no sucede con las langostas cuya cola carnosa resulta muy atractiva para los depredadores. El caparazón plano y redondeado facilita la locomoción lateral del cangrejo, pudiendo desplazarse en esta dirección con mucha más eficacia de lo que permite el cuerpo cilíndrico de la langosta.
“Resulta posible que el cuerpo del cangrejo no resulte necesariamente ventajoso, sino que sea consecuencia de otra cosa en el organismo”, sugirió Wolfe.
El formato en el cuerpo del cangrejo podría dejar más flexibilidad para que los animales desarrollen funciones especializadas para sus patas, además de la marcha. “Consideramos que el plano corporal del cangrejo evolucionó tantas veces de forma independiente como consecuencia de la versatilidad que estos animales presentan”, explicó Javier Luque, que colaboró con Wolfe en el estudio de 2021. “Eso les permitió alcanzar lugares a donde ningún otro crustáceo es capaz de ir”.
Para Wolfe, los cangrejos son una especie de Lego: tienen tantos componentes diferentes que pueden intercambiarse sin alterar drásticamente otras características.