Cuando las placas tectónicas se sobreponen específicamente en la zona cálida y húmeda de los trópicos, es prácticamente inevitable que acontezca un periodo glacial. Así lo sugiere un nuevo estudio donde se aporta evidencia contundente sobre el origen de los periodos glaciares en nuestro planeta, fenómeno que hasta entonces estaba mal comprendido. Esta clase de contribución patrocinada por las ciencias terrestres y atmosféricas resulta importantísima para la subsistencia de la raza humana, pues la ignorancia en torno a fenómenos de esta clase nos pone en una situación de vulnerabilidad y desamparo.
Placas tectónicas y dióxido de carbono.
Un grupo de investigación de los Estados Unidos analizó los tres grandes periodos glaciares que ha tenido la Tierra a través de los últimos 540 millones de años. Se trata de lapsos en los que las temperaturas globales se desploman, dando lugar a casquetes polares y glaciares mucho más allá de los polos. Mediante un artículo publicado en la revista Science, los investigadores detallan la forma en que un fenómeno geológico específico que acontece en áreas tropicales, las zonas más cálidas del planeta, termina desencadenando estas eras de hielo.
Según las conclusiones del estudio, los periodos glaciares se generan a causa de las “colisiones arco-continentales”: eventos geológicos donde una placa tectónica oceánica choca contra una continental y se “desliza” sobre esta. En el argot de la geología, el resultado se conoce como sutura.
Reacciones químicas.
Las colisiones arco-continentales provocan que decenas de miles de kilómetros de roca oceánica terminen expuestas al ambiente de los trópicos, generando una serie de reacciones químicas con la atmósfera. El magnesio y calcio presente en la roca recién expuesta termina reaccionando con el dióxido de carbono en el aire, en medio de un ambiente de humedad y calor propio de las regiones tropicales. Esta reacción es muy interesante pues termina retirando cantidades enormes de dióxido de carbono de la atmósfera, y como el CO2 figura entre los principales gases de efecto invernadero, la Tierra simplemente se enfría.
“Encontramos que cada vez que se produce un pico en una zona de sutura en los trópicos, le sigue un evento de glaciación”, dice Oliver Jagoutz, uno de los autores del estudio e investigador del MIT. “Entonces, siempre que tienes diez mil kilómetros de sutura en los trópicos, también tienes una era de hielo”. La investigación contó con la participación de expertos de la Universidad de California en Berkeley y la Universidad de California en Santa Bárbara.
Era de hielo.
Mejor aún, estos hallazgos también explican el fin de los periodos glaciares: tras miles de años, la roca oceánica expuesta termina erosionada por los elementos y deja de captar el CO2 del aire. Así, la Tierra vuelve a calentarse.
El equipo también llevó a cabo una extensa investigación para determinar aquellas zonas de sutura, activas o no, que existen en la Tierra. Aplicando un modelo de tectónica de placas, lograron determinar las regiones donde aparecieron. Y poco antes de cada gran periodo glacial sucedido en los últimos 540 millones de años, aparecieron suturas enormes sobre los trópicos. Así sucedió con la glaciación del Ordovícico (455 a 440 millones de años), la Permo-carbonífera (335 a 280 millones de años) y la glaciación cuaternaria (35 millones de años hasta nuestros días). Un hecho que refuerza esta relación es que las suturas formadas en otras regiones del planeta no producen el mismo efecto. Es necesario que suceda en los trópicos, donde las condiciones de temperatura y humedad son necesarias para estas reacciones.
De hecho, en la Tierra aún existe una sutura expuesta y activa en nuestro planeta, en una región de Indonesia, y se sospecha que fue la causante del último periodo glaciar. Sabemos que muchos están pensando en extraer ofiolitas, triturarlas y dispersarlas por toda la línea ecuatorial para extraer el CO2 del aire y frenar el calentamiento global.
Sin embargo, Jagoutz no cree que sea buena idea: “en la escala de tiempo de los humanos resultaría un desafío hacer funcionar este proceso. La Tierra logra enfriarse mediante un proceso geológico lento, que nada tiene que ver con lo que hemos hecho a nuestro planeta. Y esto no nos perjudica, pero tampoco nos salva”.