El avance tecnológico amplió las posibilidades de control y vigilancia. Máquinas de vigilancia perfectamente coordinadas son implantadas en lugares públicos y privados. En cada esquina, en cada portón y en cada habitación.
Este escenario ya había sido descrito desde hace tiempo. El filósofo francés Michel Foucault se valió de la arquitectura de un presidio para explicar el principio de panóptico, en el que es posible sembrar en las personas el sentimiento de constante vigilancia, sin necesariamente ver quien los vigila. El modelo de panóptico no estaría presente sólo en la prisión, sino también en hospitales, escuelas, fábricas, etc. Foucault llamó a este modelo “sociedad disciplinaria”, pues fue diseñado para moldear a la sociedad según los intereses de un poder mayor.
Más recientemente, Zygmunt Bauman definió el concepto de post-panóptico y de vigilancia liquida para explicar la sociedad contemporánea. En el post-panóptico no existe más la necesidad de una mirada centralizada para sentirnos vigilados. No podemos percibir de forma clara los puntos de vigilancia. Somos controlados y vigilados en cada movimiento. La disciplina se da a partir del propio ser. Dejarse vigilar es una cuestión de seguridad personal.
Bauman es responsable por la idea de modernidad liquida. Hace mención de los conceptos importantes para la sociedad como el amor y la privacidad que ya no poseen una definición tan sólida como en otros tiempos. Así, se entiende que tales conceptos son ahora más volátiles, más maleables. Llegando incluso a ser banalizados. El amor ya no es sólido. El amor ahora es líquido. Se ama a cualquiera.
En este contexto nace también la idea de vigilancia liquida en la que cuestiones como el anonimato y la exposición son constantemente debatidas justamente por ser nociones inestables, flexibles. Él ve el big data como una fuente inagotable de vigilancia líquida, pues todo y cualquier rastro de una persona es posible de ser identificado y capturado en el momento que se desee.
Un buen ejemplo fue el caso Snowden. En 2013, Edward Snowden fue el personaje más importante de la escena política mundial por hacer de dominio público un proyecto de vigilancia norteamericano. Snowden participaba en un proyecto que recolectaba información privada de correo electrónico y diversos otros ámbitos digitales de importantes políticos internacionales.
Hay que notar que existe un Estado detrás, ejerciendo el poder de vigilancia no solamente sobre una nación, sino sobre todo el espectro global. Pese a que los conceptos propuestos son bastante amplios, es posible ver que en el discurso de Foucault y Bauman siempre existe un estado o una institución ejerciendo el control y la vigilancia.
Panóptico Social
Es interesante, en este momento, abordar otra vertiente sobre el control de la sociedad en la que se hace uso de la evolución del pensamiento explicada en este texto – que nació con Foucault y se desarrolló hasta Bauman – para sembrar la idea de panóptico social.
No pretendo quitar méritos a la extrema importancia de prestar atención sobre los mecanismos de vigilancia existentes en la era digital que propician el control omnipresente del Estado sobre el pueblo, pero dejo esa responsabilidad a Bauman y sus seguidores.
El término panóptico social va en otro sentido; hace énfasis en una escena en que la sociedad ejerce un papel de autocontrol y vigilancia, dibujado a partir de un movimiento concomitante de evolución de tecnología digital y advenimiento de las plataformas de relacionamiento, popularmente conocidas como redes sociales.
Por un lado, surgen los dispositivos que permiten filmar, identificar, registrar y rastrear datos sobre ellos mismos. Del otro, surgen plataformas que permiten a esas personas, compartir esta misma información con sus pares. Tengamos en cuenta que aquí hay, en consecuencia, un dialogo importante por la exposición de la sociedad y el desarrollo de plataformas de redes sociales.
Así como la propuesta de post-panóptico de Buaman, ya no existe más una referencia a la arquitectura, pues tanto no hay espacio físico, como tampoco existe un centro de vigilancia. Son sólo publicaciones en redes sociales. Aun así, hay una constante impresión de estar siendo vigilado.
Sin embargo, cuando empleo el término panóptico social quiero definir el poder establecido por la propia sociedad de control sobre sí misma, sin una referencia a un poder político o religioso.
En el panóptico social, es la misma sociedad quien comienza a definir sus límites. Eso es visible en los comentarios que acompañan a todas las publicaciones que se hacen diariamente en las redes sociales. En contubernio con la construcción – en tiempo real – de una noción de moral y ética que es latente y maleable, por eso, va contra la sociedad líquida de Bauman.
Las redes sociales son agentes de este apoderamiento de la sociedad. Y es a partir de ésta que un usuario común ejerce su tarea de vigilancia sobre las acciones de sus “amigos”. Es sobre este lecho que estamos redefiniendo la noción de privacidad, por ejemplo.
Ahora vamos a otro ejemplo. Tomemos en cuenta el fenómeno reciente conocido como “selfie”. El acto de registrar una imagen fotográfica de sí mismo y publicarla en Internet es un movimiento natural de una sociedad narcisista. A pesar de que la cultura de cada pueblo tenga una aceptación diferente para este acto, se puede decir que se trata de un fenómeno global.
Además de la publicación, todavía existe dentro de este fenómeno el interés por la propagación de la imagen. Nótese, por tanto, que la disposición hacia la exposición es un concepto bastante importante y constantemente discutido.
La selfie más famosa y más compartida hasta ahora sucedió durante la ceremonia de premiación de los Oscars 2014, en los Estados Unidos.
La presentadora y comediante norteamericana Ellen DeGeneres solicitó a algunos actores que se encontraban en la platea que se hicieran una foto al estilo “selfie”. En seguida, convocó a su audiencia para propagar la imagen por Twitter. En menos de 45 minutos la imagen ya había sido compartida más de 1 millón de veces. Al día siguiente, ya eran más de 2 millones de shares.
Sin embargo, se engaña aquel que ve esos números y piensa que la noción de exposición y el fenómeno de selfie es algo completamente establecido y aceptado. En el contexto de panóptico social, siempre hay usuarios listos para criticar a partir de esto, reencender la discusión colectiva sobre las bases morales y éticas de este fenómeno.
Ambientes digitales VS Espacios físicos.
Lo que sucede en la red se desarrolla también fuera de esta, en la sociedad cotidiana. No podemos olvidar que el mundo digital que construimos no está desconectado de la realidad. Este es un espejo que amplifica y hace visible aspectos – algunas veces poco evidentes – de nosotros mismos.
Un ejemplo muy claro fue el caso de una estudiante que publicó en su cuenta de Twitter insultos contra su maestra, quien después humilló a su alumna en un video que posteriormente se convirtió en viral.
Una vez más, un ejemplo típico de panóptico social en acción. Lo curioso de este caso fue que la publicación se propagó de tal forma que llegó hasta la propia dirección de la escuela. Así, se reenciende la discusión sobre la privacidad y, como se ha dicho, se reafirma la tesis de una sociedad que está en constante reformulación de sus límites.
Claro que la renegociación de las relaciones y valores de una sociedad es un movimiento constante y natural. Sin embargo, en la sociedad contemporánea, el surgimiento de plataformas digitales no sólo aceleró este proceso, sino que lo hizo visible.
Anonimato.
Para finalizar, es importante observar que el panóptico social está directamente relacionado con un contexto en que la privacidad y la exposición son conceptos ampliamente discutidos, siendo muchas veces incomprendidos y banalizados.
En tiempo de panóptico social, el anonimato adquiere un status de lujo. Se convierte en un deseo de consumo. Y es muy probable que los nuevos productos de consumo vayan atados a la idea del anonimato. Entonces, veremos cómo ganan popularidad las plataformas sociales que lidian con el asunto de la exposición anónima.
Mantenerse anónimo dentro o fuera de una red siempre fue un deseo de aquellos que trataban profesionalmente con la exposición excesiva. Ahora que vivimos en un mundo en que todos alcanzan sus 15 minutos interminables de fama, el anonimato se convierte en un recurso escaso y en objeto de deseo.
Escrito por Eric Messa adaptación para Marcianosmx.com
Gracias por el post. Muy interesante, y agrego a mi vocabulario la palabra «panoptico» 🙂
Es la realidad, «lo liquido, lo volátil, en fin» ya todo debe estar supervisado, debe reprimirse a la gente para hacer sus funciones, siempre supervisados. En este medida no hemos evolucionado.
y unocomenta algo algo aquí, en hi5, en skipe, en WhatsApp, en disqus,en face, en twitter, en g+, en wordpress, en YouTube, por e-mail y no se entera de quién lo está leyendo por allá arriba.
person of interest
Buen texto. Concuerdo mucho con los puntos de vista, un fenómeno muy interesante.