La práctica de adornar el cuerpo con perforaciones ya existía entre los pueblos y civilizaciones antiguas, y presentaba diversos fines. No hay fecha exacta en la que haya aparecido la práctica del piercing o perforación. Estas clases de ornamentos fueron utilizados por diversas civilizaciones antiguas que les proporcionaron diversos significados.
Por ejemplo, para los mayas y aztecas el piercing tenía fines religiosos. Mientras que los egipcios e indios se perforaban diversas partes del cuerpo para hacer notar sus posiciones en la jerarquía social o en el sistema de castas. Para los romanos, las perforaciones corporales fueron asunto de vanidad, nada más que adornos.
Para el siglo XIX esta práctica cayó en desuso y, de hecho, empezó a ser discriminada. No sería sino hasta la década de 1960, con el movimiento hippie, que reapareció tal y como la conocemos en nuestros días.
Breve cronología del piercing.
Antigüedad.
4000 a.C. – En las Islas Aleutianas, esquimales y pueblos locales utilizaban piercings en los labios como una forma de representar diversas etapas importantes en la vida de un ser humano, eran ritos de iniciación que marcaban la entrada a la pubertad, el matrimonio y el comienzo de una vida como cazador.
3000 a.C. – Los antiguos egipcios portaban adornos con perforaciones en el ombligo que los distinguían como miembros de la realeza. Los faraones solían utilizar estas piezas para indicar su posición en el poder.
2000 a.C. – En la antigua China, tanto en la dinastía Xia como en la Shang, existen registros sobre la existencia de aretes y piercings. En aquella época, era toda una tradición que a las jóvenes de 12 y 13 años que contraían matrimonio se les incrustaran agujas de oro en las orejas.
900 a.C. – A través de pequeñas cavidades talladas en el esmalte dental, aztecas y mayas adornaban sus bocas con piedras preciosas. Como señal de nobleza, estos pueblos también solían colocarse joyas en la lengua.
700 a.C. – En Roma existía la creencia de que las argollas de oro y otros metales preciosos en el pezón mejoraban la virilidad.
Era común.
100 – 400 d.C. – En el popular libro indio del amor, el Kama sutra, se hace mención del apadravya, una perforación que atraviesa de forma vertical el glande, supuestamente como un método para impulsar el placer masculino y femenino.
Siglos XVI y XVII – El imperio Mugal, en Pakistán y la India, levantó una auténtica tendencia por llevar piercings en la nariz. Los indios solían presumir argollas con joyas en la lengua y el tabique nasal como una forma de incrementar su nivel de atracción.
Siglo XIX – Las damas que pertenecían a la crema y nata de la sociedad europea eran seguidoras de los «pezones decorados», pues existía la creencia de que los piercings hacían que los senos lucieran más atractivos. Algunas llegaron a colgarse cadenas entre un pecho y otro.
Década de 1960 – Tras muchos años de discriminación, los piercings volvieron a ser tendencia gracias a los hippies. Dado que este movimiento representaba todo aquello que fuera anti conservador, el piercing formó parte de un conjunto de hábitos primitivos rescatados, de la misma forma que los tatuajes.
Década de 1970 y 1980 – Las modificaciones corporales surgieron en este periodo gracias al movimiento Punk, que las adoptó como una forma de hacer sátira y oposición a la sociedad burguesa. Fue entonces que los piercings, sobre todo aquellos extremadamente visibles, se convirtieron en símbolo de rebeldía.
Solo aclarar que los Aztecas aparecen hasta el 1200 D.C … «900 a.C. – A través de pequeñas cavidades talladas [..], aztecas y mayas [..]»; y ambas culturas, Aztecas y Mayas, no tuvieron un contacto pues para cuando los Aztecas aparecieron los Mayas prácticamente estaban extintos.