No faltará quien piense “tenía que ser chino” cuando lea esta noticia. Y es que en aquel país asiático un niño vino al mundo con una cola de 15 centímetros y, como si esto no fuera ya lo suficientemente malo, su familia decidió apodarlo “Macaco”.
Es más, los parientes se rehusaban a practicar una cirugía para remover la cola del pequeño, pero terminaron cediendo a la presión de los médicos y el niño perdió su cola a inicios de este mes, poco tiempo después de cumplir su primer año de vida.
Llamado Yang Yang por los medios locales, el niño desarrolló la cola debido a una malformación en el útero. Tenía algunos agujeros en las vértebras, lo que provocó que la membrana que protege a la medula espinal escapara por una de estas oquedades, generando lo que en medicina se conoce como meningocele – o, según el populacho, una cola.
El abuelo del niño llegó a pensar que la cola le podía llevar suerte al pequeño: imaginaba que ganaría mucho dinero con eso cuando creciera. A pesar de su apariencia poco común, la madre de Yang Yang dijo que no tenía ningún problema con la cola de su hijo. Cuando había que cambiar el pañal, bastaba con levantar la cola y terminar la operación.
Carencia de ácido fólico.
Este caso tan insólito tuvo lugar en Yibín, en China. La familia empezó a preocuparse cuando Yang Yang presentó incontinencia urinaria e intestinal. Los parientes creyeron que podría tener alguna relación con la cola y esperaron que el niño tuviera edad suficiente para practicarle una cirugía correctiva.
Lin Jiangkai, médico responsable de la operación, explicó que la deformidad debe haber ocurrido por la insuficiencia de ácido fólico en la alimentación de la madre durante el embarazo. El nutriente se encuentra de forma natural en productos como las lentejas, frijoles, espinacas, col y remolacha, por mencionar algunos. Cuando existe poca ingesta de estos productos, es posible emplear suplementos alimenticios con la sustancia.
Según la versión del médico, la cirugía se practicó a tiempo y se pudo evitar que la cola pudiera provocar problemas en los miembros inferiores del niño. En otro caso parecido, en la India, un niño de 13 años presentaba dificultades para caminar, pues su cola de 16 centímetros era idolatrada en la región: el pueblo creía que era la reencarnación del dios mono Hánuman.
Si los medicos no le hubieran dicho a la mamá que era una cola quizas hubiera pensado que se estaba c-a-g-a-n-d-o.
Me recordó los temores de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán… 😉
jajaja si, Cien años de soledad.
Tal vez haría muho destrozo con la luna llena, pero ahora jamás alcanzará la fase 4…
El comentario mas coherente que he oido