Un estudio conducido por personal de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, y científicos de la NASA predice un escenario medioambiental poco alentador para las próximas cinco décadas. Esto a pesar de que se hagan avances positivos en la reducción de emisiones contaminantes. Desde hace décadas poseemos un vasto conocimiento sobre los efectos perjudiciales de la contaminación en la salud humana. ¿Pero, cuáles son sus impactos a largo plazo?
Los investigadores intentaron resolver esta cuestión en un artículo publicado en la revista Environmental Research. El modelo global que emplearon para evaluar la calidad del aire incluye diversos factores como el cambio climático, medidas de reducción de partículas contaminantes y variaciones demográficas.
Liderado por el investigador Ulas Im, el personal de Aarhus colaboró con la NASA en el desarrollo de tres escenarios que estiman cómo la contaminación atmosférica afectará a la población en las próximas cinco décadas. “Introdujimos en el modelo tres escenarios distintos: el primero donde la mayoría de países continúa regulando y limitando la contaminación del aire, el segundo donde se implementan medidas aún más estrictas que las actuales y un tercero donde se reducen los esfuerzos en este ámbito”, explicó Im en un comunicado.
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El escenario más optimista es devastador.
Incluso en el escenario más optimista y esperanzador, los resultados pronostican un lugubre número de cuatro millones de muertes anuales. Según Im, debido al envejecimiento de la población asiática, resulta difícil evitar todas estas tragedias incluso si tomáramos todas las medidas posibles en este preciso instante. Los autores del estudio sostienen que la contaminación del aire actúa de manera lenta pero constante. Sembrando toda una variedad de “semillas” para futuras enfermedades y fatalidades en muchos individuos.
Por eso, aunque tomemos acciones preventivas, lamentablemente las personas seguirán muriendo por estas causas. No obstante, los investigadores también destacan que las partículas contaminantes desaparecen rápidamente del aire cuando se limitan las emisiones. A diferencia del dióxido de carbono, que se mantiene en la atmósfera durante cientos de años.
Contaminación en todo el mundo.
Aunque erróneamente solemos asociar la alta concentración de gases tóxicos con áreas urbanas debido al mayor número de vehículos, fábricas y plantas de energía. El estudio revela que la vida en zonas rurales no está exenta de contaminación. Incluso en estas áreas, el ozono se mantiene en niveles elevados.
“Por eso, es erróneo pensar que las áreas rurales no están expuestas a la contaminación atmosférica. Aunque vivir en el campo puede ser mucho más saludable en comparación”. Los investigadores esperan que los resultados de este estudio inciten a los líderes políticos de todo el mundo a tomar acciones más enérgicas frente a este problema. Empleando la información proporcionada para tomar decisiones encaminadas a reducir aún más la contaminación del aire, tanto en entornos rurales como urbanos.