La caverna Nutty Putty, situada a unos 88 kilómetros de Salt Lake City, en Utah, Estados Unidos, resultaba muy atractiva para los espeleólogos. Originalmente descubierta en 1960 por Dale Green, la cueva hidrotermal recibió ese peculiar mote (masilla avellanada, en español) por una sustancia similar a la arcilla que “supura” de sus paredes. En pocos años, Nutty Putty se hizo tan popular que llegó a recibir hasta 5 mil visitantes al año.
Según los registros, entre 1999 y 2004 seis personas quedaron atrapadas en esta cueva famosa por sus característicos pasajes estrechos. Afortunadamente, todas estas personas salieron con vida tras exitosos rescates. Pero, los numerosos accidentes y las preocupaciones por la seguridad provocaron que el gobierno local clausurara la caverna en 2006. Tres años después Nutty Putty volvió a recibir visitantes, pero una tragedia sellaría su destino para siempre.
En vísperas del Día de Acción de Gracias, John Edward Jones se dirigió a la caverna acompañado de amigos y familiares. Además de disfrutar de la espeleología, Jones estudiaba medicina. Aquel día solo buscaba compartir tiempo de calidad y algo de diversión con sus seres queridos. Tras recorrer la caverna por más de 40 minutos, el hombre se aventuró en lo que creía era el famoso pasadizo apodado “canal de parto”.
La trágica muerte de John Edward Jones.
Edward Jones estaba equivocado y quedó atrapado en un estrecho recoveco de apenas 25 centímetros de ancho por 45 centímetros de alto. La estatura de Jones superaba los 1.8 metros y pesaba alrededor de 90 kilogramos. Era un sujeto delgado, pero cuando ingresó en aquel espacio conocido como “Bob’s Push” firmó su sentencia de muerte.
Inmediatamente se percató de que algo no andaba bien y que estaba atascado en aquel sitio. Josh, su hermano, intentó sacarlo del recoveco y fracasó. En medio de la desesperación, salió de la caverna Nutty Putty para buscar ayuda. En el transcurso de unas horas, decenas de rescatistas acudieron al lugar para ayudar a liberar a Edward, que se había atorado boca abajo, en una posición bastante incómoda donde soló se podían ver sus pies.
Los rescatistas consideraron que el mejor curso de acción era emplear un sistema de “cuerdas y poleas” para extraerlo. Especialmente porque la postura imprimía una enorme presión sobre el cuerpo. Al estar al revés, su corazón debía trabajar más de lo normal y, para empeorar las cosas, no podía respirar bien. En estas condiciones el tiempo valía oro.
En un primer momento se creyó que el plan estaba funcionando. Y como liberarlo de aquella grieta era un proceso doloroso, los rescatistas decidieron darle pequeños descansos a Edward. En cierto punto del rescate, una de las poleas cedió y arruinó todo el progreso. El desafortunado sujeto volvió al mismo sitio donde quedó atrapado al principio.
El 25 de noviembre de 2009, tras 27 horas atrapado, John Edward Jones murió de un ataque cardíaco. Los rescatistas concluyeron que extraer sus restos era demasiado peligroso. Así, se tomó la decisión de sellar permanentemente la caverna Nutty Putty tras la muerte de este hombre. En lo que era la entrada de la cueva, hoy se localiza una placa conmemorativa sobre la vida de Edward Jones.
Por menso
No manches! Que tontería terminar muerto por no ser prudente
Como claustrofóbico el solo leer esto me puso mal 😰