Miguel Hidalgo: Lo bueno, lo malo y lo feo.

Miguel Hidalgo

Miguel Hidalgo. (1753-1811)

LO BUENO: Erudito y seductor de almas.

Miguel Hidalgo y Costilla contaba con una inteligencia superior a sus contemporáneos. Hablaba francés, italiano, tarasco, otomí y náhuatl. Estudioso de letras, artes, ciencia, economía, política y teología. Era apodado «el zorro» por su inteligencia para argumentar y resolver disputas. Como párroco, fue solidario y caritativo con los indígenas, estableció talleres para desarrollar en ellos diversos oficios y llegó a pagar sus deudas. Erudito, carismático y encantador, se ganaba el cariño y la admiración de quienes lo rodeaban.

Movido por sus ideales de libertad, abandonó el púlpito para invitar al pueblo a luchar por la Independencia. El valor y el arrojo con el que encabezó la lucha lo convirtieron en «el padre de la Patria».

LO MALO: Saqueo, excesos y muerte.

La manera improvisada en que dio inicio el movimiento de Independencia provocó que Hidalgo aceptara en sus filas a todo aquel que quisiera hacerlo, incluyendo criminales. Toleró el saqueo, la rapiña y el asesinato argumentando que el rigor volvería odiosa la causa para los rebeldes y que la posibilidad de saqueo y de venganza era para ellos un aliciente.

Hidalgo, sigilosamente y sin formarles proceso alguno, ordenó el asesinato de más de 300 prisioneros españoles, quienes eran degollados por José Marroquín, ex convicto liberado y mozo a su servicio.

LO FEO: Poseído por el frenesí

El carisma y obstinación del cura Hidalgo causaron graves disgustos entre los principales jefes insurgentes. Mientras se autoproclamaba «Alteza Serenísima» en Guadalajara, le negó ayuda a Allende para recuperar Guanajuato quien reclamó su egoísmo y acusó de traidor. Sus desavenencias llegaron a tal grado que Allende tuvo claras intenciones de envenenarlo.

La soberbia desatada por el vértigo de las alturas le costó el disgusto de los demás jefes insurgentes, y tras el fracaso en la batalla de Puente Calderón, fue despojado del mando.

2 comentarios en “Miguel Hidalgo: Lo bueno, lo malo y lo feo.”

Los comentarios están cerrados.