Mary Bell, una asesina adorable

Mary Flora Bell, o May como era conocida por muchos, fue la homicida más joven de la historia, habiendo cometido su primer asesinato a la corta edad de 11 años. Existe un libro que acompaña la vida de Mary desde el momento de su juicio hasta sus 45 años edad, además de ser una especie de biografía, el libro también es una crítica al sistema de justicia británico de los años 60 que no contaba con ningún modelo de castigo para un crimen como este, de modo que Mary fue víctima de innumerables abusos, cambiando totalmente de personalidad mientras la institución donde estaba recluida en la época, llegó “adoptarla” para tener un cierto poder sobre la adolescente. Se mantuvo en reclusión hasta que cumplió los 23 años, sin ningún tipo de ayuda psicológica en ningún momento después de su juicio.

En 1959, cuando la pequeña niña inglesa tenía 2 años, ya era muy diferente del resto de sus compañeros. Nunca lloraba cuando se golpeaba y solía destruir todos sus juguetes. A los 4 años fue necesario que un adulto interviniera cuando intentó ahorcar a un pequeño amigo de la escuela. Cuando cumplió 5 años, vio a un compañero mientras era atropellado y no demostró ningún tipo de emoción. Tras su alfabetización, se volvió incontrolable: vandalizaba paredes en la escuela, maltrataba a los animales y llegó a incendiar su casa. A los 11 años, Mary asesinó por estrangulamiento a Martin Brown, de tres años, el 25 de mayo de 1968 y lo arrojó del segundo piso de una casa abandonada.

Dos meses después le quitó la vida al pequeño Brian Howe, de cuatro años, en un sitio en las cercanías de una línea ferroviaria donde los niños acostumbran a jugar entre los vagones abandonados. La pequeña Mary, después de estrangular y perforar la espalda y los genitales del pequeño, trazó la letra “M” en su vientre. Antes de ser juzgada, Mary fue evaluada por psiquiatras y psicólogos, el diagnostico al que llegaron fue un gravísimo trastorno de conducta. A esa corta edad fue condenada por el crimen, y liberada bajo libertad condicional en 1980, a los 23 años. Mary Bell fue condenada por asfixiar a Martin Brown en 1968, un día antes de su cumpleaños. Pero no cometía los crímenes ella sola, su amiga Norma Bell colaboraba. Además de sus dos víctimas mortales, también fue acusada de intentar estrangular a otras cuatro niñas.

Mary y Norma Bell

Mary y Norma solían aterrorizar a los niños del vecindario, siempre golpeándolos y humillándolos, Norma tenía 13 años y el simple hecho de ser más grande era suficiente para que fuera cruel con los niños más pequeños, pero Mary deseaba asesinarlos. Un 11 de mayo de 1968 las dos jugaban en una vieja casa en ruinas cuando el primo de Norma, de apenas tres años, sufrió una grave herida en la cabeza y las niñas afirmaron que se había caído por las escaleras de la casa. En realidad lo habían arrojado a un barranco con la esperanza de que muriera. Como el plan no resultó, lo amenazaron para que no contara lo que realmente había sucedido aquella tarde.

Al día siguiente Mary y Norma “agredieron” a 3 niñas de 6 años, Mary se acercó a una de ellas mientras jugaba y apretó con fuerza su cuello, Norma huyó. La policía fue requerida y conversaron con las niñas sobre su violencia brutal contra las más pequeñas.

Martin Brown, la primera víctima.

Dos niños que jugaban en una casa en ruinas se encontraron con el cuerpo sin vida de un pequeño niño rubio. Era el pequeño Martin George Brown, quien se encontraba cerca de una ventana, con sangre y saliva escurriendo por su rostro. Los pequeños alertaron a unos empleados que trabajaban cerca, y uno de ellos intentó reanimar al niño sin éxito.

Uno de los niños percibió cuando Mary y Norma se dirigían al interior de la casa, Mary tenía la intención de mostrar a su amiga su “trabajo” perfecto, pero ante la presencia de la policía no lograron ingresar a la casa aquel día. Las niñas entonces decidieron ir con la tía de Martin, para avisarle que un niño había sido encontrado muerto y que tenía mucho parecido con su sobrino.

El día 30 de mayo Mary visitó a la madre de Martin y le preguntó si podía verlo, la madre del niño le dijo que era imposible pues Martin estaba muerto, Mary entonces respondía: “Yo sé que está muerto, quería verlo en el ataúd”.

Días después, profesores de la escuela en que Mary y Norma estudiaban encontraron papeles esparcidos por el suelo, se trataba de vandalismo con mensajes obscenos y confesiones sobre el asesinato.

• «I murder so THAT I may come back»
• «Fuck of we watch out Fanny and Faggot»
• «We did murder Martain Brown Fuck of you bastard»
• «You are micey becurse we murdered Martain Go Brown you Bete look out there are murders about by fannyand and faggot you screws»

La policía recogió las notas amenazadoras. Más tarde May y Norma aceptaron ser las responsables del vandalismo.

Brian Howe, la segunda víctima y la investigación.

Pat Howe buscaba a su hermano Brian de 3 años, cuando Mary le preguntó “¿Estás buscando a Brian?” y se ofreció para ayudar en la búsqueda. Mary, Pat y Norma se dirigieron hasta un terreno baldío lleno de bloques de concreto, pues Bell le dijo que el niño podría estar jugando allí. El cuerpo de Brian fue encontrado a las 23:10, Mary Bell condujo a Pat al lugar sólo para ver cuál era su reacción.

Mary había estrangulado hasta la muerte a Brian Howe el 31 de julio de 1968. Además de estrangularlo, la pequeña Mary le hizo algunos cortes en las piernas y cortó su abdomen marcando una M. El cuerpo del niño estaba cubierto de hierba y unas tijeras fueron encontradas en la escena del crimen.

En el verano de 1968, la policía comenzó a interrogar a los habitantes de Scoots Wood, principalmente a los niños. En total, más de 1,200 niños hicieron declaraciones. El enfoque principal de la policía fue el testimonio de Norma Bell, quien dijo haber estado presente cuando el niño murió. Mary, por su parte, confesó que el día del crimen vio a un niño agredir a Brian aparentemente sin motivo, además, aseguró que este niño portaba unas tijeras rotas. Estaba claro que las dos niñas habían visto el asesinato de Brian. Antes del entierro de Brian, los policías interrogaron nuevamente a Norma, esta vez la pequeña entregó a Mary, diciendo que ella había asesinado a Brian y que llevó a Pat al lugar del crimen.

La captura.

Mary y Norma fueron llevadas a prisión la noche del 7 de agosto.

Mary era una niña muy inteligente, se divertía esquivando las preguntas de los policías. Durante su juicio Mary llegó a declarar: “Me gusta herir a los seres vivos, animales y personas que son mucho más débiles que yo, que no se pueden defender”, influyendo para que fuera condenada a prisión durante un tiempo indefinido, condicionado a evaluaciones psiquiátricas.

“No demostró remordimiento, ansiedad o lágrimas. Ella no sintió emoción alguna al saber que iría a prisión. Ni menos por el hecho de haber matado. Un caso clásico de sociopatía”, dice el psiquiatra Robert Orton. Generalmente la sociopatía y la psicopatía se consideran términos equivalentes en la psiquiatría. Aunque algunos especialistas defienden que ambos son trastornos diferentes.

Psicópatas Vs Sociópatas

El juicio se extendió durante algunos días. El responsable de la acusación, Rudolf Lyons, comentó sobre el comportamiento mórbido de Mary al disfrutar del dolor de los familiares de las víctimas; citó también el conocimiento de Mary sobre el estrangulamiento de Brian, pues nunca se había comentado públicamente la causa de muerte del niño.

Los peritos encontraron fibras de lana gris en los cuerpos de Brian y Martin que correspondían con la blusa que pertenencia a Mary, y fibras color marrón de una falda de Norma también fueron encontradas en uno de los zapatos de Brian. Peritos en caligrafía analizaron las notas de vandalismo y concluyeron que Norma y Mary habían escrito los recados. La fiscalía culpó a Mary de influenciar a Norma para cometer actos ilícitos.

El veredicto fue dado a conocer el 17 de diciembre de 1968: Norma fue absuelta de todas las acusaciones; Mary Bell, fue declarada culpable y condenada por asesinato en segundo grado debido a su falta de responsabilidad. Mary Flora Bell fue enviada a Red Bank Special Unit, una clínica de alta seguridad y de cierta forma confortable. Quedó a cargo de James Dixon, que en cierta forma hizo las veces de su padre. Mary también recibía las visitas de su madre, Beth, quien en cierta ocasión, al notar su apariencia masculina, le dijo: “¿Jesús, qué vas a ser, primero asesina y ahora lesbiana?”.

El origen del mal.

La madre de Mary, Beth Bell, era una prostituta mentalmente perturbada, además siempre estaba ausente. Mary nunca conoció a su padre, ella y sus hermanos trataban a su padrastro, Billy Bell, como su tío, pues de esta forma su madre seguía recibiendo la ayuda del gobierno.

Durante su infancia, Mary fue constantemente humillada por su madre debido a que se orinaba en la cama. Betty restregaba el rostro de la niña en la orina y sacaba el colchón afuera para que todos lo vieran. Beth incluso llevó a la pequeña para darla en adopción, pero no consiguió que fuera adoptada. Beth le aplicaba castigos severos, y entre los innumerables intentos de librarse de su hija, suministrándole brebajes, había muchas veces en que la pequeña Mary iba a parar al hospital requiriendo un lavado de estómago. La madre de May sentía un odio inexplicable por su hija. Lo más perturbador para la pequeña era cuando Beth permitía que fuera abusada sexualmente, siendo forzada a participar en juegos sexuales de su madre con los clientes en diversas ocasiones. Todo esto sucedió antes de que cumpliera los 5 años.

Un final feliz.

En 1973, Mary fue transferida a la prisión de Moor Court Open, este cambio provocó efectos negativos en su comportamiento. En 1977, Mary Bell escapó, perdió su “virginidad” y fue recapturada algunos días después. Ella afirmó que intentó quedar embarazada, y su pareja vendió la historia a los periódicos.

El tiempo pasó y después de muchos tratamientos y pruebas fue liberada el 14 de mayo de 1980, a los 23 años de edad. Tuvo algunos empleos en los que no le fue muy bien, en parte por el temor de que volviera a delinquir. Más tarde se casó, quedó embarazada y debido a su pasado tuvo que luchar por el derecho a criar a su hijo, el cual nació en 1984. De cierta forma todos esos años de tratamiento habían surtido efecto, Mary se convirtió en una madre amorosa.

Se hizo con una nueva identidad y dirección, manteniéndolos en secreto gracias a la “Ley Mary Bell”, una Ley creada el 21 de mayo de 2003 en Inglaterra que protege la identidad de cualquier menor involucrado en procedimientos legales. Pese a esto, siguió teniendo problemas con sus vecinos que descubrieron su verdadera identidad. En 2007, tras la muerte de su madre, Mary Bell aceptó ser entrevistada por la periodista Gitta Sereny, resultando en un libro titulado “Gritos en el Vacío” que contiene la biografía de Mary escrita por la misma periodista.

Lo último que se supo de ella es que seguía casada y que era una abuela que vivía oculta por miedo a la exposición.