La costa de Florida, en Estados Unidos, es escenario de un peculiar fenómeno que llama la atención de científicos marinos. Y es que se maneja la posibilidad de que los tiburones que habitan estas aguas se estén volviendo adictos a la cocaína. Investigadores como el biólogo marino Tom Hird y la ingeniera ambiental Tracy Fanara sospechan que las toneladas de drogas arrojadas al mar por traficantes están afectando la fauna marina. Especialmente a estos temibles depredadores.
Desde hace décadas, paquetes con grandes cantidades de narcóticos se han localizado en las playas de Florida. Estas cargas ilícitas son arrojadas al mar por delincuentes que intentan huir de las autoridades. De acuerdo con información divulgada por la Guardia Costera de los Estados Unidos, tan solo el mes pasado decomisaron drogas cuyo valor en el mercado alcanzaría los US$ 186 millones. Un problema creciente que tiene en vilo a las autoridades locales y científicos por igual.
Las investigaciones conducidas por Hird y Fanara llegaron a una conclusión alarmante. Estos científicos se interesaron en el tema después que los pescadores locales contaran historias sobre supuestos tiburones adictos. Según Fanara, la alta solubilidad de la cocaína en el agua provoca que los narcóticos se dispersen fácilmente y afecten directamente a la fauna marina. En particular a los tiburones, que se encuentran en contacto directo con estas sustancias.
Los inusuales comportamientos observados en los escualos levantaron sospechas, pero ¿es posible afirmar que los tiburones son “adictos” a la cocaína?
Tiburones adictos a la cocaína.
Para determinar si los animales consumen esta droga, los investigadores analizaron su comportamiento. Durante las sesiones de buceo, observaron comportamientos atípicos en algunas especies de tiburones. El caso más llamativo es el del tiburón martillo, una especie que suele evitar el contacto con humanos. Pues en las costas de Florida se le observó nadando «erráticamente» alrededor de los investigadores. Un comportamiento similar se encontró en el tiburón gris, que nadaba en círculos con la mirada fija en áreas sin estímulos interesantes.
Lo mejor vino cuando, al simular los “ladrillos” empleados por los traficantes para empaquetar la cocaína, estos depredadores reaccionaron con agresividad. Lanzándose contra los objetos de forma casi inmediata. Otro experimento involucró el uso de carnada rellena con harina de pescado, una sustancia altamente concentrada similar a la cocaína.
«Esto provocó una reacción impresionante en sus cerebros. Fue una auténtica locura», comentó Hird en el documental «Cocaine Sharks«, un episodio que Discovery Channel transmitirá esta semana en el marco de la Shark Week. En la producción también se abordan otros detalles de la investigación.
Por otro lado, los expertos surgieren tener precaución al interpretar estos comportamientos como evidencia sólida de que los tiburones desarrollan un vínculo adictivo con la cocaína. Hird y Fanara explican que existen múltiples factores que podrían promover estas alteraciones en el comportamiento, y que repetir los experimentos es esencial para obtener conclusiones precisas.
Investigación a profundidad.
Aunque la cocaína es una sustancia relevante para esta investigación, no se puede descartar que otras sustancias químicas también afecten a los tiburones y a otros seres marinos. Por ejemplo, antidepresivos, anfetaminas, cafeína y medicamentos anticonceptivos destacan entre los productos presentes en el océano. Situación que complica aún más el panorama y la comprensión integral del problema.
Ahora, los investigadores buscarán analizar muestras de tejido y sangre de los tiburones para determinar si existe algún rastro de cocaína en su organismo. Resolver este enigma no solo es importante para comprender el impacto de la actividad humana en la vida marina, sino también para implementar medidas de protección y conservación más efectivas.
El misterio de los tiburones adictos a la cocaína en Florida está lejos de ser resuelto. Conforme los científicos profundicen en esta compleja relación entre las drogas y la vida marina, se espera que las respuestas proporcionen una visión más clara sobre los efectos de la contaminación química en entornos submarinos. En este delicado equilibrio entre el hombre y la naturaleza, la investigación se presenta como una oportunidad para comprender y proteger a estas majestuosas criaturas y su hábitat.
En Florida si que suceden cosas