Después que su perro empezó a cojear sin motivo aparente, este hombre del Reino Unido lo llevó al veterinario. Tras gastar más de 300 euros en consulta y estudios, se llevó la grata sorpresa de que su mascota estaba completamente sana. Billy, un lurcher color beige, sólo estaba siendo empático con su dueño.
Tras un accidente el año pasado, Russell Jones terminó con una fractura de tobillo que le impide caminar sin cojear. Cierto día, mientras paseaba con Billy se percató de que el canino también cojeaba. Posteriormente, la cónyuge de Russell también observó al perro cojear dentro de la casa. Y en ese momento decidieron acudir al veterinario para revisar al perro.
Tras una revisión general y una serie de radiografías, la pareja tuvo que desembolsar € 300. Únicamente para que les comunicaran que Billy imitaba la forma de caminar de su dueño por nada más que simpatía.
“Poco después de que me rompí el tobillo, Michelle notó que empezó a imitarme. Esto nos preocupó y empezamos a sospechar que tenía algo malo, así que acudimos al veterinario”, señaló Russell Jones en una entrevista para el programa This Morning. “A causa de la distancia social, el perro entró solo [al veterinario], y al salir nos dijeron que no detectaron nada fuera de lo común en él. Después empezó a cojear nuevamente, así que Michelle lo filmó”.
Las sospechas de la pareja se confirmaron cuando observaron al perro corriendo a toda máquina por el jardín cuando su dueño no estaba. El video de Russel y Billy cojeando durante una caminata se ha viralizado en las redes sociales. Muchos internautas se muestran sorprendidos por el talento actoral del perro.
“Te imita. ¡Qué impresionante! Aunque te doy mis condolencias por todo lo que gastaste en el veterinario”, señaló una persona. “¡Se ha solidarizado contigo! Ojalá que ambos se recuperen pronto”, comentó otro.
Muchos externaron su preocupación de que Billy en realidad padezca algún problema médico no detectado en la radiografía. Sin embargo, existe evidencia científica de que los perros manifiestan un comportamiento de “imitación automática” sobre sus dueños, incluso cuando no es algo benéfico para ellos.
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