La misión de la Sonda Solar Parker logró fotografías inéditas de Venus. Por primera vez en la historia de la astronomía se registró en luz visible la superficie de este planeta. Además del goce que supone satisfacer la curiosidad de los habitantes terrestres, estas imágenes sirven a otros propósitos. Por ejemplo, nos ayudarán a entender cómo ha evolucionado el planeta, los minerales que contiene y la geología de su superficie.
La superficie de Venus.
Pese a las semejanzas que guarda con el planeta Tierra, Venus es un planeta inhabitable donde proliferan nubes tóxicas y la norma son temperaturas extremas. Sin embargo, los científicos consideran que no siempre fue así. Y que misiones como la Parker Solar Probe nos ayudarán a entender porque Venus se volvió tan inhóspito mientras la Tierra se convirtió en un oasis para la vida.
Generalmente, la superficie de Venus se oculta tras espesas nubes. Por eso, la sonda Parker empleó un módulo denominado Wide-Field Imager (WISPR) que le permitió divisar la parte oscura en longitudes de onda del espectro visible. Es decir, el tipo de luz que el ojo humano es capaz de ver. Al combinarlas en un video, las imágenes registradas revelaron un ligero brillo de la superficie que muestra múltiples tonalidades. Se trata de las características distintivas de Venus, como sus mesetas, planicies y ubicación de regiones continentales.
Las manchas oscuras en medio de planicies brillantes corresponden a regiones de mayor altitud, donde predominan las bajas temperaturas. Gracias a esto podemos apreciar diversas características de la superficie venusina. Como la enorme altiplanicie situada cerca del ecuador de Venus llamada Aphrodite Terra. También la meseta Tellus Regio y las planicies Aino Planitia. Pero, uno de los fenómenos más llamativos eso el halo luminiscente de oxígeno que envuelve al planeta.
Sonda Solar Parker.
Como te contamos hace algunos años, la misión principal de la Sonda Solar Parker es la investigación del viento solar. Sin embargo, desde hace un par de años los científicos aprovecharon su tercer sobrevuelo y la órbita próxima a Venus para capturar algunas imágenes del planeta. Originalmente, se planeó emplear WISPR para analizar la parte superior de las nubes que cubren al planeta.
Sorpresivamente, el módulo no solo registró la forma de las nubes, sino que también hizo llegar datos de la superficie de Venus. El peculiar accidente resultó tan impresionante que los científicos reactivaron las cámaras de la sonda durante la cuarta vuelta en febrero de 2021. En ese sobrevuelo, las condiciones resultaron inmejorables: la órbita de la nave se alineó perfectamente con el lado nocturno del planeta para que WISPR lo registrara plenamente.
El brillo de Venus.
«Incluso del lado nocturno, Venus alcanza temperaturas alrededor de los 860 °C. El calor es tan intenso que la superficie rocosa del planeta brilla, como un trozo de hierro al rojo vivo», explica Brian Wood, físico del Laboratorio de Investigación Naval.
Pese a su intenso brillo, es difícil registrar a Venus pues las nubes obstruyen gran parte de la luz visible que emana de la superficie. Para empeorar las cosas, todas aquellas longitudes de onda que logran atravesar las espesas nubes terminan perdiéndose entre el resplandor solar del lado diurno. Pero, en la oscuridad de la noche, las cámaras WISPR de la Sonda Solar Parker lograron captar ese tenue resplandor proveniente de la superficie caliente del planeta.