Las inyecciones para quemar grasa provocan un verdadero problema de salud pública en Vietnam. Distribuidos por esteticistas y clínicas de tratamiento cosmético, estos productos provocan desde cicatrices permanentes, hasta la muerte en los casos más graves. La pérdida de peso localizada y la quema de grasa, en particular, son procesos increíblemente demandantes.
Además de abundante ejercicio físico, requieren una dieta bien balanceada. Pero, cuando no se tienen los genes adecuados, ni si quiera eso es suficiente para alcanzar el objetivo. Un destino que muchas personas simplemente no están dispuestas a aceptar. Por eso, recurren a soluciones extremas como la “dieta de la solitaria”, que prometen resultados óptimos.
Testimonios trágicos de la práctica.
Entre las mujeres vietnamitas, es cada vez más frecuentes que inviertan pequeñas fortunas en sueros inyectables para quemar grasa. En algunos medios se han difundido casos de mujeres que recurrieron a las inyecciones para quemar grasa con el objetivo de bajar de peso. Por ejemplo, una mujer de 29 años identificada con las iniciales N.T.L., buscaba algún método para perder peso rápidamente en determinadas áreas de su cuerpo.
Una amiga le recomendó que visitara una clínica de belleza en el Distrito 1 de Saigón. Esta persona le dijo que en el lugar vendían una solución mágica para perder peso sin necesidad de hacer dieta o ejercicio. Al asistir a la clínica, N.T.L. se entrevistó con un consultor. Este empleado le aseguró que las inyecciones para quemar grasa las importaban del Reino Unido.
Y que eliminaría rápidamente el exceso de grasa en las zonas deseadas sin afectar tejidos adyacentes. Tras pagar US$ 560 (13 millones de dong vietnamitas), le inocularon este suero en la grasa subdérmica del abdomen y caderas. Jamás le presentaron el fármaco inyectado y mucho menos le indicaron la dosis suministrada. Diez días después, esta mujer empezó a vivir una pesadilla.
El primer indicio de que algo andaba mal fue una hinchazón en sus caderas y abdomen, que después empeoró con dolor. Cuando finalmente la mujer acudió a un hospital, los médicos le tenían muy malas noticias. Todo el tejido adyacente a las zonas donde se aplicaron las inyecciones para quemar grasa estaba infectado y necrótico. Para salvarle la vida, tendría que pasar por varias cirugías.
Durante seis meses, N.T.L. ingresó y salió del hospital para someterse a decenas de cirugías. Por si fuera poco, tuvo que lidiar con escenas que jamás imaginó en sus peores pesadillas. En ese lapso, su vida se resumió en grandes bolsas llenas de pus bajo la piel, abscesos enormes y sangrado incontrolable.
En ocasiones, la situación se ponía tan mal que la mujer pensaba en el suicidio como solución. Afortunadamente, los profesionales de la salud lograron retirar todo el tejido muerto y gracias a un dispositivo de liposucción limitar la propagación del fármaco “quema grasa”. Con apenas 29 años, esta mujer sobrevivió a una terrible experiencia. Sin embargo, aún busca salir adelante con enormes cicatrices en el abdomen y caderas.
Tristemente, no se trata de un caso aislado en Vietnam. T.B.V.N., una mujer de 43 años residente del Distrito 8 en Saigón, pasó por algo similar. Mientras buscaba píldoras para bajar de peso en Internet, se topó con las populares inyecciones para quemar grasa. En este caso, el vendedor le dijo que el suero lo importaba desde Corea del Sur. Se trataba de una sustancia vendida en paquetes de cinco ampollas, cada paquete con un costo de 430 mil dongs.
“Le pregunté si requería la asistencia de algún médico para ponerme la inyección, y el vendedor me dijo que se trataba de un fármaco inofensivo”, recordó T.B.V.N. “’Si desea adelgazar, puede inyectarse usted misma’, me dijo el vendedor. Me daba miedo acudir al hospital, así que cuando llegaron le pedí a una sobrina que me inyectara. Siete días después, el abdomen, muslos, cintura y cadera me sangraban. Llamé por teléfono al vendedor, pero simplemente me bloquearon y abandonaron a mi suerte”.
¿Qué contienen las inyecciones para quemar grasa?
Ngo Duc Hiep, jefe del Departamento de Quemaduras y Cirugía Plástica del Hospital Cho Ray en Saigón, señala que el compuesto activo de este peligroso disolvente de grasas es la fosfatidilcolina (también llamada lecitina) disuelta en desoxicolato de sodio. Se comercializa bajo diversos nombres como Liponsaure, Dermaheal LL o Lipostabil y aplicada correctamente puede ayudar a salvar vidas. Pero, este fármaco no está diseñado para procedimientos cosméticos y mucho menos para ayudar en la pérdida de peso.
“Cuando se inocula lecitina en el tejido graso, el medicamento destruye gradualmente las células de grasa y las convierte en emulsiones”, señala el Dr. Hiep. “Pero, es un fármaco destinado exclusivamente a tratar la embolia pulmonar causada por grasa en individuos que sufren de algún trastorno de lípidos en la sangre. Algunos establecimientos de belleza se han válido de las propiedades de la lecitina para promocionarla como una panacea que ayuda en la quema de grasa corporal”.
El médico advierte que cuando esta sustancia se inyecta en el cuerpo, los agentes encargados de disolver la grasa resultan muy difíciles de controlar. Suelen propagarse al tejido conectivo, generando un intenso dolor y necrosis. En casos extremos, la persona puede llegar a morir. Como la naturaleza del fármaco dificulta mucho el tratamiento y sutura de las lesiones, la recuperación de los pacientes suele llevar meses.
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