El extraño incidente Hollinwell afectó a más de 300 personas en Inglaterra. Todas perdieron el conocimiento y demoraron entre 15 minutos y 2 horas para recuperar la conciencia. Cada uno de los afectados se quejó de una variedad de síntomas: mareos, dolor de cabeza, náuseas, convulsiones, dolor abdominal, dolor de garganta, ardor en los ojos y una extraña sensación de que no tenían brazos ni piernas. Los servicios de emergencias no se daban abasto y los hospitales rápidamente quedaron rebasados.
Tras los análisis de rutina, los médicos no lograron determinar la causa. Ninguno de los pacientes padecía crisis epilépticas o alguna otra enfermedad previa vinculada a la pérdida del conocimiento. En el cuerpo de estas personas nada sugería algo inusual, pero, por precaución los mantuvieron en observación toda la noche. Los profesionales de la salud simplemente no lograron descifrar lo que estaba sucediendo.
Eventualmente, un equipo de fiscales acudió a Hollinwell para conducir una exhaustiva investigación. Analizaron el suministro de agua potable y buscaron alguna fuga de gas capaz de provocar ese efecto. Las muestras de agua y aire en el lugar tampoco revelaron algo fuera de lo normal. Aparentemente, nadie podía explicar lo que sucedió con aquella muchedumbre en julio de 1980.
El misterioso incidente Hollinwell.
Cuando los eventos llegaron a oídos de la prensa, periódicos del mundo entero reportaron los hechos. Como era de esperarse, surgieron toda clase de especulaciones. La versión oficial es que los más de 300 afectados fueron víctimas de la histeria colectiva. El principal sospechoso era el cansancio, pues muchos de los niños afectados viajaron largas distancias antes del incidente.
Por si fuera poco, el nerviosismo por presentarse ante a un gran público empeoró la situación. Finalmente, aquel día en Kirkby in Ashfield, en Nottinghamshire, Inglaterra, era muy caluroso y bochornoso, lo que contribuyó a los desmayos. Si consideramos todos estos factores, es probable que fueran responsables por el ataque de pánico. Y cuando algunos niños manifestaron sus efectos, otros resultaron afectados en un efecto dominó.
Sin embargo, esto no explica que algunas personas del público presentaran los mismos síntomas. Tampoco que alrededor de 90 individuos se convulsionaran violentamente durante el incidente. Mucho menos justifica los síntomas experimentados posteriormente por 6 de cada 10 afectados. Existen muy pocos casos similares de histeria colectiva, y muchos de los presentes aseguran que fue otra cosa. Aquella mañana en Hollinwell sucedió algo diferente e inexplicable.
Los relatos.
Charles Harmon, uno de los afectados que tenía 14 años en la época, describió la experiencia de la siguiente forma: “perdí mis sentidos. Estaba concentrado en la presentación cuando repentinamente todo se puso borroso frente a mis ojos. El mundo giraba y sentía mi cabeza flotar. Entonces, escuché un “plop” dentro del oído y perdí el conocimiento. Recuerdo que desperté y encontré algunas personas intentando ayudarme. No sabía dónde estaba o lo que había pasado”.
“Me encontraba en la plaza cuando experimenté un fuerte mareo. Todo empezó a dar vueltas y terminé recostándome para no caer. De repente, todo se puso oscuro y sentí una presión muy fuerte en la cabeza. Perdí el sentido y quedé desconectado por 45 minutos. Desperté y me trasladaron al hospital de Chesterfield. No creo la versión oficial de histeria colectiva. Fui bombero y trabajé en minas la mayor parte de mi vida. Nunca experimenté algo similar. Parece una explicación fabricada, y probablemente nunca sabremos lo que sucedió en realidad”, relató en aquella época Leonard Robards, un hombre de 44 años.
Las teorías sobre el incidente Hollinwell.
Una de las teorías más populares que explicaba el incidente Hollinwell era el uso del pesticida Tridemorph, que posteriormente sería prohibido en Gran Bretaña. Según la Organización Mundial de la Salud, este fungicida “moderadamente peligroso” causa irritación cutánea y riesgo de desmayo cuando se inhala.
Origen químico.
Se supo que fumigaron un cultivo cercano con Tridemorph, pero existe poca evidencia de que los desmayos fueran causados por el químico. Especialmente porque se necesita una cantidad alta de la sustancia para causar esos efectos en el organismo humano. Además, no todos los síntomas encajan en un envenenamiento con el pesticida. Esta teoría tampoco ofrece explicación a que no todos los presentes resultaran afectados.
También se dijo que alguien inoculó LSD en las botellas de agua que se repartieron durante el evento. Sin embargo, la teoría se desestimó cuando los análisis de sangre y orina de las víctimas no mostraron rastro alguno de ácido lisérgico. En general, ninguno de los afectados parecía haber consumido alguna sustancia química inusual.
El tiempo transcurrió y nunca se llegó a un consenso generalizado sobre lo sucedido en la feria de Hollinwell. Muchas de las víctimas afectadas ese trágico domingo afirmaron experimentar extraños efectos secundarios que disminuyeron con el tiempo. Refirieron síntomas variados como migraña, fotosensibilidad, misofonía, náuseas y mareos vespertinos.
Un arma secreta del gobierno.
Ante la incapacidad de proporcionar una respuesta coherente a los eventos, los teóricos de la conspiración empezaron a proveer toda clase de soluciones extrañas. Se corrió el rumor de un arma secreta no letal que el gobierno probó en las inmediaciones de Kirkby in Ashfield. El objetivo de este dispositivo era causar desorientación y confusión mental en el enemigo.
Supuestamente, lograba este efecto en humanos modulando las ondas sonoras a nivel ultrasónico. Aunque imperceptibles para el humano, estas frecuencias afectarían el oído interno provocando los desmayos y la confusión mental. Una vez más, esta teoría no explicaba porque sólo algunas personas resultaron afectadas. Además, un arma con estas características también hubiera afectado a los animales domésticos, especialmente a los perros. Pero nada de eso sucedió.
Los OVNIs.
Otros hablaban de la presencia de OVNIs. Supuestamente, en los días previos al incidente Hollinwell se observaron misteriosas luces sobre la zona. Los destellos surcaban los cielos nocturnos y fueron vistos por muchos habitantes que se preguntaban de qué se trataba. También se habló de una serie de luces y sonidos extraños provenientes del bosque al sur de Kirkby in Ashfield. Dos meses después del episodio, empezó a circular el rumor de que las luces regresaron al bosque y que algunas personas experimentaron los mismos efectos de la primera crisis.
¿Hombres de negro en el incidente Hollinwell?
También se habló mucho de que Kirkby in Ashfield recibió la visita de personas extrañas, forasteros bien vestidos que se pasearon por la ciudad tras el incidente. Estos personajes recopilaron testimonios, visitaron a las víctimas, se ofrecieron a pagar los gastos médicos e incluso acudieron a los hospitales para confiscar la documentación. Supuestamente, hasta las muestras de laboratorio desaparecieron de los registros hospitalarios.
Se manejaron muchas otras explicaciones entre las que se incluían los virus, intoxicación alimentaria, armas químicas, etc. Sin embargo, dada la falta de pruebas que fundamentaran las explicaciones, todas quedaron sin efecto. Eventualmente, el incidente Hollinwell se transformó en una curiosa anécdota local. Un evento recordado por los habitantes que jamás encontró una explicación lógica.
Si nos guiamos por la navaja de Occan, la histeria colectiva sería efectivamente la explicación más probable, pensemos:
1- Demasiadas personas juntas en un mismo lugar.
2- Cientos de niños que venían viajando en vehículos durante horas (si ya de por sí resulta difícil mantenerlos quietos en un acto de unos pocos minutos, solo hay que imaginarse lo que sería bajo esas condiciones), esto les provocaría estrés y mareos.
3- Personas de entornos rurales poco acostumbradas a eventos masivos.
4-Niños de distinta formación y condiciones psicológicas 40 años atrás, cuando no se tenía aún mucho conocimiento sobre la hiperactividad y otros trastornos infantiles.
5-Adultos bajo condiciones laborales y sociales estresantes en tiempos en que los efectos del estrés quizás no estuvieran tan bien documentados.
Me encantan estos especiales de marcianos