Definitivamente, Hitler era vegetariano. Aunque, honrando a la verdad, debemos aclarar que recurrió al vegetarianismo en la última etapa de su vida. Probablemente, Hitler se hizo vegetariano a consecuencia de una enfermedad que le impedía comer carne o productos derivados de la misma.
Hitler y la adopción del vegetarianismo.
Los relatos contemporáneos varían, pero generalmente coinciden en que Hitler comía carne. Al menos hasta mediados de la década de 1930 se le vio consumir carne, principalmente de pescado y ave. Además, ocasionalmente disfrutaba de los tradicionales platillos bávaros y austriacos. Entre los que destacan las albóndigas de hígado y salchichas fritas de cerdo.
En diversas biografías señalan que dejó de consumir carne en algún punto de la década de 1930. Primero se abstuvo de la carne roja, y luego de casi todos los tipos. De hecho, algunos diplomáticos extranjeros que comieron con Hitler entre 1937 y 1939, notaron su rechazo hacia la carne. Para esas fechas tampoco bebía ni fumaba.
¿Por qué Hitler no comía carne?
En Vida y muerte de Adolf Hitler, el historiador Robert Payne llegó a sugerir que la dieta vegetariana de Hitler era una forma de propaganda. Un intento por mostrar que el Führer acompañaba a los alemanes en una vida austera y ascética a consecuencia de los problemas económicos generados por la guerra. Situación que más tarde se agravaría por un nuevo conflicto.
Pero, el argumento de Payne se contradice con las memorias de Gertraud “Traudl” Junge, la secretaria particular de Hitler. La mujer relató que cuando el cocinero incluía productos derivados de la carne roja (como la manteca) en la preparación de alimentos, Hitler la pasaba mal. Reaccionaba con un severo dolor de estómago e indigestión, lo que sugería problemas hepáticos o en la vesícula biliar.
Marlene von Exner y Theodor Morrell, médicos particulares de Hitler, también proporcionaron relatos donde confirman la dieta estrictamente vegetariana que llevaba el Führer.