Hace algunos años, durante el boom de las energías renovables, suponíamos que cubrir una autopista con paneles solares podría significar una revolución en la generación de energía limpia, o al menos esa fue la idea que pretendía vendernos la tecnología en aquella época. Sin embargo, en todo este tiempo hemos sido testigos de los altos costos e incontables problemas que aún deben superarse para lograr que los proyectos de esta clase se consideren viables.
Hoy, es realmente difícil comprender porque alguien optaría por una solución de esta clase en lugar de una granja solar, que además de ser una solución mucho más barata, también resulta más eficiente en términos de generación de energía.
Carreteras solares en Francia y China.
Dos proyectos pioneros llamaron la atención en los medios y funcionaron como catapulta a las posibilidades que ofrecía dicha tecnología: el primero fue en una autopista de Jinan, provincia de Shadong, en China. Y el otro en una vía de la pequeña localidad de Tourouvre-au-Perche, situada en la provincia de Orne, Normandía, Francia. La carretera francesa tiene una longitud aproximada de un kilómetro y un total de 2,800 paneles Wattway, diseñados por la empresa Colas.
Ségolène Royal, ministra de ecología en Francia hasta el 2017, inauguró el proyecto con bombo y platillo, dejando como recuerdo la fotografía que acompaña esta publicación. Con un promedio de 2,000 automóviles transitando por esta carretera todos los días, se proyectó evaluar su funcionamiento a lo largo de dos años para saber si sería capaz de proveer de energía a la pequeña villa de apenas 3,400 habitantes. Y resultó un verdadero fracaso.
Las cifras de esta autopista solar experimental en Normandía se fueron divulgando con el paso del tiempo, y revelaron que tras los dos años de evaluación, la cantidad de energía generada es una decepción, aunque los más escépticos ya esperaban este resultado. Se prometió que la carretera solar era capaz de generar 790 kWh al día, aunque en 2017 el promedio fue de 409 kWh/día.
También es importante recordar que la ex ministra Royal se equivocó durante el discurso de presentación del proyecto asegurando que el valor de la energía generada sería equivalente a los 17,963 kWh, muy por abajo de los 790 kWh prometidos (y no entregados hasta el día de hoy).
Los inconvenientes de una autopista solar.
Esta situación viene a ilustrar, con un ejemplo práctico, los múltiples problemas que enfrentan las autopistas solares, empezando por que la tecnología de paneles solares disponibles hasta ahora resulta adecuadamente eficiente cuando las unidades son orientadas a la luz solar, lo que es prácticamente imposible en una superficie plana como la carretera, y sin lugar a dudas estos paneles tendrán más periodos de sombra que los de una granja solar.
El otro ejemplo famoso con las carreteras solares es el de Jinan, en la provincia de Shadong, China, un proyecto de 2 kilómetros de longitud que no sólo puede transferir directamente energía a la red eléctrica local, sino también es capaz de recargar automóviles eléctricos compatibles que circulan sobre la carretera. A diferencia de los franceses, los chinos pretenden seguir invirtiendo para hacer más accesible la tecnología.
Equipar cada metro de una carretera con paneles solares representa un alto costo si se compara con el retorno de energía que es capaz de producir. La carretera en Francia tuvo un costo aproximado de 5 millones de euros, mientras que la de China rondaría los US$ 2 millones, según algunas estimaciones.
Además de la situación antes mencionada del ángulo, con el paso del tiempo estas carreteras solares (al igual que las tradicionales) se van cubriendo de polvo y suciedad, situación que representa un gran inconveniente cuando hablamos de paneles solares. Eso sin mencionar la situación de la delincuencia, pues la carretera solar en China no salió exenta de la acción de los ladrones, que robaron un segmento de los paneles apenas unos días después de la inauguración, una noción de lo que sucedería si un proyecto como éste llega a instalarse en una región cualquiera de Latinoamérica.
No todo lo que brilla es oro.
La tecnología de los paneles solares resulta muy conveniente para la generación de energía limpia; sin embargo, estas experiencias nos han demostrado que las carreteras no son lugar para esto, y que tampoco debemos tomar cualquier tema relacionado a la energía solar como una solución incuestionable, pues la tecnología aún tiene muchos problemas a superar.
Por ejemplo, en la India existe un proyecto para instalar paneles solares en el techo de los trenes, muy convenientes en un país con un sistema ferroviario que cruza un amplio territorio. Y parece que funciona muy bien, pues la South Western Railway (SWR) recientemente anunció la instalación de paneles solares en 19 edificios incluyendo oficinas, estaciones y unidades de reparto de trenes. Proyectos como éste y los techos solares de Tesla tienen mucho más sentido para nuestra situación actual que una carretera.
Pues mas bien creo que son elefantes blancos para «ayudar» a un amigo o prestanombre de los funcionarios, porque por el simple hecho de tener que mantener los paneles, sobre todo en limpieza, como que es ilógico creer que por el hecho de instalarlos ya van a producir eternamente energía. O ¿en verdad son tan crédulos que un vendedor demagogo los envuelve en su mentiras y van e invierten millones en una idea irreal?
La ventaja es el doble uso de la superficie de suelo (carretera y granja solar) y quizás el costo económico de las líneas de transmisión al estar situada próxima al destino.
Dicho de otra manera, Las granjas solares propiamente tales, permiten usar el suelo donde se instalan para una segunda actividad?
Creo que el proyecto fue un éxito, pero mal enfocado y con objetivos muy por sobre su realidad, probablemente por errores en los cálculos al no considerar algunos elementos.