Una especie de octópodo estudiada en un laboratorio universitario en Estados Unidos, mostró comportamientos inusuales que asemejaban a problemas de sueño. En las instalaciones de la Universidad Rockefeller, en Nueva York, se capturó en vídeo a un pulpo macho de la especie Octopus insularis experimentando lo que parecen ser pesadillas. Esta especie tiene su hábitat en el norte y noreste de Brasil.
Aunque el fenómeno solo se apreció en un pulpo, a través de un artículo los investigadores sugieren que las pesadillas afectan a estos animales. Publicado el pasado 12 de mayo en bioRxiv, la investigación aun no se somete a la revisión por pares. Los científicos observaron que el molusco, apodado Costello, solía despertarse con cierta dificultad, casi como si experimentara un trastorno del sueño.
¿Los pulpos tienen pesadillas?
En un periodo de 53 días, comprendido entre el 11 de febrero de 2021 y el 4 de abril de 2021 (día en que murió el pulpo), el equipo analizó 3,600 horas de grabaciones. Al final, capturaron cuatro eventos de “pesadillas” en las que el macho empezaba a agitar sus tentáculos. En dos de estas ocasiones, Costello también expulsó un chorro de tinta negra en el agua. Recordemos que la tinta de los pulpos es un mecanismo de defensa natural que despliegan para protegerse de los depredadores en el entorno.
“Realmente fue extraño, porque parecía que estaba sufriendo. Al menos por un momento, parecía que experimentaba dolor”, dice Eric Ramos, un investigador postdoctoral de la Universidad de Vermont. Ramos colaboró directamente en la grabación del pulpo. Tras este episodio traumatizante, el animal simplemente se levantó y continuó con su vida como de costumbre.
Según los autores del estudio, el episodio más largo de las cuatro pesadillas documentadas en el pulpo se asemejaba a “la respuesta típica de la especie ante el ataque de un depredador. Lo que sugiere que el animal pudo responder a un recuerdo episódico negativo o mostrado una forma de parasomnia”.
Sin embargo, los expertos se muestran reacios a concluir que Costello realmente tenía pesadillas. Los investigadores argumentan las limitaciones de que un solo pulpo sirviera como base para este estudio. Además, especulan que simplemente pudo experimentar “anomalías neurológicas específicas” u otros problemas que nada tienen que ver con un trastorno del sueño.
También agregan que: “aunque intentamos demostrar que los valores de referencia eran normales, este estudio no puede considerarse concluyente hasta que se repita”. Y continúan: “La posible existencia de este fenómeno en los pulpos proporcionaría una perspectiva inesperada sobre la convergencia de la evolución del sueño en organismos distantes relacionados con arquitecturas neuronales complejas”.