Estrellas errantes viajando cerca de nuestro Sistema Solar significarían una nueva forma de extinguir a los humanos y, potencialmente, a toda la vida en nuestro planeta. Curiosamente, los científicos creen que algo así sucedió hace miles de millones de años. Y que la influencia gravitacional del masivo objeto afectó a los planetas a partir de la órbita neptuniana.
Como suele suceder en esta clase de estudios, los investigadores estimaron las consecuencias de que un fenómeno así se repita en el futuro. Son catastróficas, por decir lo menos. La parte más importante de nuestro Sistema Solar es el Sol, una enana amarilla orbitada por ocho planetas. Sin embargo, no todas las estrellas del Universo tienen un movimiento tan predecible como nuestro Sol.
Estrellas errantes en el Universo.
Algunas atraviesan el espacio a alta velocidad, pudiendo desestabilizar sistemas estelares durante su transición. Garett Brown y Hanno Rein, investigadores de la Universidad de Toronto Scarborough, en Canadá, elaboraron una proyección de los efectos que produciría el paso de una estrella errante por el Sistema Solar. Los pormenores del estudio se publicaron hace algunas semanas en Monthly Notices of the Royal Astronomical Journal.
Aglomerados estelares.
“Cuando hablamos de sistemas planetarios originados en un conglomerado estelar, se cree que estas estrellas errantes desempeñan una función importante. Siempre y cuando el sistema planetario se mantenga dentro del conglomerado de estrellas. Es un lapso de aproximadamente 100 millones de años en los albores de la evolución planetaria”, señala Brown.
“Pero, cuando el aglomerado estelar se disemina, la incidencia de estos fenómenos se reduce drásticamente. Así, [la estrella errante] deja de participar en la evolución de los sistemas planetarios”, agrega el científico. Para elaborar las estimaciones, los investigadores simularon alrededor de 3 mil posibles escenarios.
Uno de los métodos empleados es la aproximación analítica, donde se entiende que la velocidad relativa entre dos estrellas es pequeña respecto a la velocidad orbital de los planetas. El otro método posibilitó la integración numérica, de forma que pudieron hacer una mejor estimación sobre la evolución de los objetos astronómicos a través del tiempo.
Evento de extinción en el Sistema Solar.
Eventualmente, con la información obtenida calcularon la distancia a la que una estrella errante tendría que estar de Neptuno para que se produjera alguna influencia en el Sistema Solar. ¿Por qué Neptuno? Básicamente porque es el planeta más alejado del Sol.
“Encontramos que las alteraciones en la órbita de Neptuno tendrían que ser de 0.03 UA o 4,500 millones de metros para que se produzca un impacto a largo plazo en la estabilidad del Sistema Solar”, explica Brow. “Un cambio de esta magnitud aumentaría diez veces la probabilidad de inestabilidad”, añadió.
Son cambios que, según el artículo, demorarían millones de años en suceder. Sin embargo, tendrían la fuerza suficiente para expulsar algunos planetas del Sistema Solar o hacerlos colisionar entre sí. Afortunadamente, el Sistema Solar se encuentra en una región de la Vía Láctea relativamente tranquila, donde la presencia de estrellas errantes es mínima.
Brown y Rein estimaron que una estrella errante podría afectar a nuestro sistema planetario dentro de 100,000 millones de años.
Nada de qué preocuparnos.
“Tenemos dos estrellas de interés: la HD 7977, que pudo pasar a 3000 UA hace aproximadamente 2,500 millones de años. La otra es Gliese 710 (o HIP 89825), que en 1,300 millones de años pasará a 10,000 UA del Sol. Las estimaciones sugieren que ninguna de estas estrellas tendrá efecto alguno en la evolución del Sistema Solar”, señala la dupla de investigadores.
Aunque posible, una devastación planetaria generada por el paso de una estrella errante es un evento sumamente improbable. Sería mucho más probable que terminemos aniquilándonos mediante una guerra nuclear. Siempre y cuando no nos mate antes la erupción de un supervolcán o el impacto de un letal asteroide, como el que extinguió a los dinosaurios.
En realidad, si las estimaciones de los investigadores resultan ciertas, este planeta ya ni siquiera será habitable cuando se acerque la próxima estrella errante. “Como el Sol se expandirá y tragará a la Tierra en aproximadamente 5 mil millones de años, la aproximación de otras estrellas ni siquiera es un problema por el que debamos preocuparnos”, concluye Brown.