En el año de 1929, los europeos se vieron cautivados por la historia de Eleonore Zugun, una pequeña de trece años analfabeta y oriunda de Rumania, supuestamente aquejada por estigmas y poseída por el diablo.
Eleonore mostró los primeros signos de posesión demoniaca durante sus años de pubertad. Se arrojaba a sí misma por toda la habitación y hacía volar objetos por los aires, según su familia mediante telequinesis. También aparecieron arañazos y marcas extrañas sobre su cuerpo, heridas que su familia jamás creyó que fueran autoinflingidas. La familia Zugun solicitó la ayuda de un sacerdote local, y Eleonore fue enviada al Convento de Gorovei. Allí se le practicó un exorcismo completo, pero el extraño fenómeno siguió sucediendo.
Desesperados por poner una solución al problema, la familia terminó enviando a la joven a un asilo mental.
Por suerte para Eleonore, una acaudalada condesa llamada Zoe Wassilko-Serecki escuchó sobre su situación. Fascinada por el mundo paranormal, la condensa rescató a Eleonore del asilo y le ofreció un techo, así ella podría estudiar a esta peculiar niña.
Eleonore viajó con la condesa hasta Londres, y allí se convirtieron en el centro de atención de las sociedades paranormales clandestinas. La evidencia fotográfica muestra lo que se creía eran los estigmas en los brazos y las manos de Eleonore, y también registra la propia experiencia de la condesa con las habilidades telequinéticas de la adolescente.
En casa, la condesa y Eleonore habrían atestiguado pesados muebles moviéndose por la habitación, o sacudiéndose de forma inesperada. Según la condesa, una zapatilla de tacón alto voló por la habitación para incrustarse en una pared, y un tintero fue derramado sobre un grupo de huéspedes.
Pese a ser totalmente analfabeta, supuestamente Eleonore era poseída por ataques de escritura
automática. Durante estos episodios tomaba lápiz y papel y tranquilamente escribía en un rumano coherente. Uno de estos escritos revelaba la ubicación de un conjunto de llaves que la secretaria de la condesa había perdido.
No demoró demasiado para que los investigadores empezaran a poner en tela de juicio la veracidad de las historias de la condesa. En esa época conocida como “La niña fantasma de Rumania”, Eleonore fue analizada por varios psicólogos. Un médico llamado Hans Rosenbusch aseguró que había visto a la condesa arañar el cuello de Eleonore a propósito mientras le cepillaba el cabello. Dijo que Eleonore era un timo y la condesa lo demandó por difamación en 1927.
Sin embargo, en ese punto el extraño comportamiento de Eleonore se había esfumado, después de su primer periodo menstrual se informó que todos los problemas de Eleonore habían desaparecido. Ella regresó a Rumania, se casó y vivió toda su vida sin ningún incidente.
Otros aspectos sobre la vida de Eleonore surgieron en los años posteriores, arrojando claridad sobre el caso. Aparentemente, bajo la tutela de la condesa, Eleonore reveló que habían abusado sexualmente de ella a muy temprana edad. Muchos teorizaron que desarrolló una obsesión con el diablo a causa de este evento tan traumático, como una forma de canalizar su ira.
Lo que sea que haya sucedido con Eleonore Zugun, la niña fantasma de Rumania, es innegable que su caso ocupa un lugar preponderante en la historia de la posesión demoniaca.
Después de esto, me contrataron para filmar la película de Matilda.
Qué irónico. Generalmente es al revés con el resto de mujeres… después del primer periodo menstrual, es cuando se les mete el demonio.
Si bien que se la sabroseaba cuando le tocaba el cuello.
Falso. Nunca conocí a esa niña.
Yo no fui XD
ajajajaja buu!