Desenmascarando hombres en un grupo de Facebook

En el pueblo donde vivo tenemos un grupo público de Facebook donde las mujeres suelen publicar fotografías de hombres y solicitar información. Tiene cientos de miembros, la mayoría de los cuales se conocen entre sí. Ya sabes lo que dicen: pueblo chico, infierno grande. El grupo se creó con la intención de compartir experiencias personales e información clave adquiridas a través de las aplicaciones de citas.

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Además, si detectamos a cualquier hombre usando una cuenta falsa, inmediatamente lo exponemos. Lo mismo sucede si algún imbécil intenta engañar a su pareja: hacemos llegar a la mujer capturas de chat impresas dentro de un sobre. Tampoco tenemos inconveniente en escudriñar antecedentes penales. A menudo, especulamos las razones por las que la policía local se rehúsa a enjuiciar a los delincuentes recurrentes. Sabemos que existe mucha corrupción, sobornos y nepotismo en la institución.

En este pueblo también tenemos un segundo grupo. Un grupo privado. En ese grupo, las mujeres son libres de compartir detalles sobre encuentros particularmente desagradables con un ex novio. Supongamos que un ex agresivo se metió por la fuerza a la casa de un miembro del grupo. Y, solo supongamos, que forzó la caja de seguridad de este miembro y robó una cadena con un profundo valor sentimental para venderla en una casa de empeño cercana.

Nuevamente, supongamos que el gato de este miembro del grupo se escapó porque el hipotético ex tóxico dejó una ventana abierta antes de huir. Y el hipotético gato terminó atropellado por un automóvil que pasaba. Además, las hipotéticas tripas del pobre felino tuvieron que ser levantadas de la hipotética calle.

Si algo como esto sucediera, hipotéticamente, no pasaría mucho antes que otro miembro de nuestro grupo se acercara al responsable en un bar. Y una vez que hubiera bebido lo suficiente, ella tomaría la iniciativa y le sugeriría ir a su casa. Él estaría de acuerdo creyendo que es todo un Casanova. Y definitivamente batallaría para meter la llave en la cerradura por los efectos del alcohol. Entonces, jamás se daría cuenta de que nunca cerró la puerta detrás de él…

A partir de ese momento, el nombre de este sujeto no tardaría en aparecer de nuevo en el primer grupo, el público. Aunque, en esta ocasión sería en un artículo publicado por los noticieros locales acompañado del titular LO ENCONTRARON SIN VIDA CON 5 KG DE ARENA PARA GATOS EN LA GARGANTA. Y todas reaccionaríamos con un «Me entristece», también ofreceríamos a la familia nuestras condolencias en los comentarios.

Indudablemente publicaríamos numerosos mensajes sobre lo mucho que nos impactó la noticia de que alguien pueda perpetrar un acto tan horripilante. Por supuesto, todo esto hablando hipotéticamente.

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