Descubren lo que causó el misterioso “asma de tormenta” en Melbourne

El “asma de tormenta” más letal registrado en la historia sucedió en 2016 en la ciudad de Melbourne, Australia. El 21 de noviembre de aquel año, los servicios de emergencias de la ciudad se vieron rebasados por numerosos casos de pacientes con graves problemas respiratorios. Curiosamente, horas antes una tempestad cayó en las inmediaciones de la ciudad.

rayos sobre melbourne(2)

Al final, diez personas perdieron la vida y miles manifestaron problemas respiratorios durante un largo periodo de tiempo. Ahora, los científicos saben los motivos. El “asma de tormenta” que se desató aquel día no fue consecuencia directa de la lluvia, como se pensó al principio. Los rayos son los verdaderos culpables.

Rayos y asma de tormenta.

La teoría propuesta hasta la fecha para estos fenómenos era que la lluvia y los vientos provocaban una dispersión generalizada del polen, un proceso en el que se liberaban partículas de sub-polen (SPP, por sus siglas en inglés). Aunque producen un cuadro alérgico similar al polen común, estas partículas ingresan más profundamente en los pulmones y producen serios problemas respiratorios.

Sin embargo, un nuevo estudio ofrece un abordaje distinto. Toda vez que la tormenta de 2016 en Melbourne estuvo acompañada de poca lluvia y el porcentaje de humedad incrementó mucho después de las hospitalizaciones, existía otro responsable.

“La mayoría de los pacientes que terminó en urgencias no presentaba un historial de asma”, señaló Kathryn Emmerson, autora del artículo publicado el pasado 14 de abril en PLOS One. “Los pacientes tenían un historial de fiebre del heno. Además, el fenómeno aconteció en el pico de la temporada del polen en Melbourne”.

Según las conclusiones del estudio, un rayo “explotó” en los pastizales de raigrás al oeste de la ciudad, y posteriormente los vientos arrastraron las partículas hasta las personas. Una vez que el viento pasó por Melbourne, se produjo un aumento del 672% en ingresos hospitalarios por ataques respiratorios. Y dentro de las 30 horas posteriores al evento se observó un incremento del 992% en los ingresos por asma.

Quizá te interesa:

Deja un comentario