Cuetlaxóchitl: la flor de Nochebuena que se apropiaron otros

¿Has escuchado sobre la planta de Cuetlaxóchitl? El árbol de Navidad, la corona de Adviento y la flor de Nochebuena se establecieron como elementos imprescindibles en la decoración de la temporada navideña. Y, quizá no lo sepas, pero cada uno de estos artículos atravesó un largo camino para alcanzar esta «privilegiada» posición. Por ejemplo, en la cultura mexica la flor de Nochebuena se consideró una planta sagrada hasta la colonización por parte de los españoles.

planta de Cuetlaxóchitl(1)

 

La Cuetlaxóchitl.

Originalmente conocida como Cuetlaxóchitl, esta planta es originaria del sur de México y Centroamérica. En náhuatl, Cuetlaxóchitl significa «flor que se marchita o flor que muere como todo lo que es puro». Aunque la definición parece un tanto dramática, si alguna vez intentaste conservar una flor de Nochebuena sabes a lo que se refiere.

Para los mexicas, esta planta era un regalo de los dioses. Y no podía entenderse de otra forma, pues florecía con un rojo brillante en pleno invierno, cuando todas las demás plantas tiraban sus flores. Aunque, hoy sabemos que esta majestuosa planta en realidad no exhibe flores, sino un tipo especial de hojas denominadas brácteas.

La planta era muy socorrida entre los mexicas, que cultivaban Cuetlaxóchitl para uso personal. Bien podían hervir las hojas para obtener un tinte púrpura con el que se pintaban el rostro durante las ceremonias. O emplear su savia lechosa y espesa para tratar dolores de cabeza. Sin embargo, todo mundo entendía que, si encontraban una planta de Cuetlaxóchitl en la naturaleza, debían agradecer a los dioses por el obsequio, admirarla y dejarla tal y como la encontraron.

Cuetlaxóchitl flor de noche buena

Transformación en la flor de Nochebuena.

En el marco de la conquista, los misioneros españoles llegaron a México decididos a conquistar y convertir a los «salvajes paganos» a la doctrina cristiana. Echaron mano de todos los recursos para conseguir este objetivo, incluido el inventar que la planta sagrada de los mexicas era una «prueba» de que Dios anhelaba la conversión de su pueblo. Llegaron a inventar historias sobre supuestos sitios de la mitología cristiana donde se usaba la planta Cuetlaxóchitl.

Cuetlaxóchitl o flor de nochebuena(1)

Entre esas historias destacada un acontecimiento milagroso que supuestamente sucedió en Taxco. Relataban que un grupo de frailes franciscanos, establecidos en esta región el estado de Guerrero, decoró un Nacimiento para la misa de Navidad. Inmediatamente después del rosario y la letanía, encontraron que en el Nacimiento florecieron abundantes plantas de Cuetlaxóchitl.

Otra de las leyendas relataba que una niña llamada Pepita se dirigía a la iglesia del pueblo para la misa de Nochebuena. Penosamente, la pobre no llevaba ofrendas para honrar al hijo de Dios en su nacimiento. Para no llegar con las manos vacías, tomó un pequeño ramo de plantas que encontró a orilla del camino y las dejó en el altar. Para sorpresa de todos, aquella planta de apariencia común se transformó en hermosas flores escarlatas.

¿Cuetlaxóchitl, Flor de Nochebuena o poinsettia?

Desafortunadamente, la Cuetlaxóchitl pasaría por una segunda “apropiación cultural”. La flor de Pascua es ampliamente conocida en Estados Unidos y Canadá gracias a un hombre llamado Joel Roberts Poinsett. En la década de 1830, este sujeto se desempeñó como embajador de los Estados Unidos en México.

Joel Roberts Poinsett
Joel Roberts Poinsett.

Poinsett no solo abogaba por la esclavitud, también era un famoso poseedor de esclavos. De hecho, era muy cercano a Andrew Jackson y partidario de la Ley de remoción de indios. En cuestiones de diplomacia internacional, Poinsett dejaba mucho que desear. Uno de los principales objetivos de su estancia en nuestro país era asegurar la estabilidad del recién formado gobierno mexicano.

Sin embargo, Roberts Poinsett invirtió la mayor parte de su estancia negociando territorio para los estadounidenses. Y, antes de que lo corrieran, se llevó una planta de Cuetlaxóchitl como recuerdo. Posteriormente, Poinsett reprodujo la planta de Cuetlaxóchitl en su invernadero de Carolina del Sur y la obsequió en Navidad a sus conocidos.

No pasó mucho antes que todos anhelaran la posesión de esa extraña planta de color rojo brillante. Pero, como se les dificultaba la pronunciación del nombre original, le cambiaron el nombre a poinsettia, en honor al político botánico que la llevó a los Estados Unidos.