De acuerdo con una investigación, entre las creencias religiosas y satisfacción sexual existe un vínculo directamente proporcional. Es decir, niveles más altos de satisfacción sexual están asociados con fuertes creencias religiosas. Los investigadores encontraron que los individuos religiosos manifiestan mayor satisfacción con su vida sexual. A pesar de que tienen un número menor de encuentros íntimos.
Igual de interesante es el hecho de que tener muchas o ninguna pareja sexual a lo largo de la vida se asoció con niveles más bajos de satisfacción. El estudio se dio a conocer recientemente en un artículo publicado en el Journal of Sex Research. Los responsables del mismo son Vegard Skirbekk, de la Universidad de Columbia, y Nitzan Peri-Rotem, de la Universidad de Exeter.
“La relación entre la satisfacción sexual y la frecuencia sexual no es simple ni directa. En todas las clases de relación, muy poco o mucho sexo se asocia con una menor satisfacción sexual”, señala Peri-Rotem.
Creencias religiosas y satisfacción sexual.
El análisis tomó como base los datos de una encuesta realizada en Gran Bretaña. Las respuestas fueron proporcionadas por individuos entre 18 y 59 años. Con ello se constató que las mujeres religiosas y casadas informaron una mayor satisfacción sexual a comparación de las menos religiosas. Curiosamente, la misma asociación no se encontró entre los hombres casados. Y es que los hombres religiosos y solteros manifestaron un mayor índice de satisfacción sexual.
Para el 16% de las mujeres y 11% de los hombres que respondieron la encuesta, sus creencias religiosas eran extremadamente importantes. Mientras que 2 de cada 3 confesaron que rara vez asistían a los servicios religiosos. El 50% de los encuestados vivían en un matrimonio, 17% en unión libre y el 5% no contaba con una pareja estable.
Alrededor del 25% de las mujeres y hombres dieron indicios de satisfacción con su vida sexual. Mientras que el 14% de las mujeres y 17% de los hombres confesaron estar insatisfechos. El 40% de los hombres mencionó tener diez o más parejas sexuales a lo largo de su vida, a comparación del 25% de las mujeres.
“Los individuos con mayor religiosidad manifiestan menor predisposición a los encuentros casuales. Se inclinan por limitar su actividad sexual a una relación basada en el amor, lo que podría generar expectativas más bajas de actividad sexual más allá de una unión formal, así como una menor satisfacción”, apuntan los investigadores.
Pero, advierten que “existe la posibilidad de que los sentimientos religiosos vinculados a la santidad y el sexo conyugal, así como la desaprobación de los encuentros sexuales fuera del matrimonio, tengan mayor importancia para las mujeres que para los hombres”.
El intricando comportamiento sexual de los humanos.
Además, en el estudio se detectó una asociación significativa entre el nivel educativo, frecuencia y satisfacción sexual. Las personas con mayor grado académico informaron tener relaciones sexuales con menos frecuencia, a comparación de los individuos menos estudiados.
“La investigación concluye que los cambios en el comportamiento sexual deben entenderse en un contexto de cambios en las normas, creencias religiosas y otra clase de tendencias sociales. La postergación del matrimonio se asocia a una menor frecuencia sexual, al mismo tiempo que aumenta la exposición a encuentros casuales entre aquellos que poseen una orientación religiosa más débil”, explica Peri-Rotem.
“Entre las mujeres, no tener parejas sexuales, así como sumar diez o más parejas sexuales a lo largo de la vida, se asocia con una menor satisfacción sexual. Por otro lado, entre los hombres no se estableció relación alguna entre el número de parejas sexuales a lo largo de la vida y la satisfacción sexual”, agrega.
“La renuencia o desaprobación al sexo sin amor o sexo casual está asociada a una mayor satisfacción sexual tanto en hombres como en mujeres. Aunque dicha satisfacción inicialmente crece con la frecuencia, cuando los encuentros sexuales son demasiados tiende a disminuir. Así, tener sexo en “exceso” puede conducir a una menor satisfacción con la vida sexual”, finaliza.