¿Cómo escapar del fin del Universo?

En este preciso instante el Universo se expande a un ritmo atroz. Aún no podemos determinar con certeza dónde parará esto, pero el destino más probable del Cosmos no tiene ningún final feliz. Hablamos del Big Freeze, el “gran congelamiento” en el que la materia y la energía de las galaxias quedarán tan diluidas que el Universo, por decirlo de alguna forma, empezará a morir de viejo.

En algunos billones de años, argumenta el físico Michio Kaku, de la Universidad de Nueva York: “el Universo estará cada vez más oscuro, frío y solo. Las temperaturas caerán, las estrellas agotarán su combustible nuclear y las galaxias no iluminarán más los cielos”.

¿Un escenario bastante terrorífico, no? Incluso podemos ilusionarnos con escapar del Sistema Solar cuando el Sol estire la pata, pero evitar el Big Freeze es pedir demasiado. Aunque no para Kaku. Este físico y futurólogo oriundo de Japón es uno de los más fervientes defensores de la posibilidad de escapar del fin del Universo de alguna forma. Para ello, la civilización humana – o más bien dicho, la civilización que descienda de la nuestra a través de miles de millones de años – tendrá que conocer a detalle las leyes que rigen el funcionamiento del Universo, aprender a manipularlas y aun así contar con mucha suerte.

La mayor parte de esa suerte se requiere en encontrar algún otro Universo al cual huir, una posibilidad que, según muchos teóricos, adquiere cada vez más fuerza. La conocida hipótesis del Multiverso propone que nuestro Universo es una especie de “burbuja” es un mar cósmico, mientras una enorme cantidad de otras áreas del Multiverso también están pasando por un nacimiento o expansión.

Otra forma de imaginar la relación entre el nuestro y los demás universos es pensar en hojas de papel paralelas unas a otras: para ir de un universo a otro, se debe “taladrar” el espacio (el cual, de hecho, está fuera del espacio-tiempo que conocemos).

El problema es que nada logra atravesar la “distancia” a estas islas cósmicas. Nada excepto la gravedad – según los físicos teóricos, esta fuerza podría actuar entre regiones separadas del Multiverso. Por lo tanto, parece razonablemente claro lo que una civilización avanzada debe hacer para escapar del Juicio Final: generar una anomalía gravitacional tan poderosa que abra una brecha entre dos universos diferentes.

Esta anomalía quizá sería una versión de los agujeros de gusano, estructuras teóricas que también resultan relevantes para la especulación sobre el viaje en el tiempo. Básicamente, un agujero de gusano es un túnel que conecta dos regiones distantes del espacio-tiempo. ¿Recuerdas la analogía de las hojas de papel? Imagina que son hojas de goma, y que hundes la de arriba hasta llevar una parte a la de abajo.

Para construir algo de este tipo, Kaku estima que primero tendríamos que manipular la energía de Planck, equivalente al control energético de toda una galaxia. Solo una civilización que sobreviviera y prosperara durante miles de millones de años alcanzaría tal nivel de sofisticación. Sin embargo, una vez que apliquemos esa energía al espacio-tiempo, cualquier cosa es posible. A tal nivel de energía, la realidad se haría inestable y fluida, parecida a como era durante el Bing Bang, de forma que un agujero conducido de nuestro universo a otro adquiere una probabilidad considerable. Se hace posible que, incluso aunque existan otros universos, esto cree un nuevo pedazo de Cosmos. Entonces podríamos migrar hacia allá.

Y volver a empezar.