Comercio mundial de cadáveres humanos: Reciclando humanos

El 24 de febrero, las autoridades de Ucrania hicieron un descubrimiento alarmante: los huesos y otros tejidos humanos amontonados en los refrigeradores en un sucio minibús blanco.

Los investigadores se sintieron aun más intrigados cuando se encontraron, en medio de las partes corporales, sobres con dinero en efectivo y los resultados de autopsia escritos en Inglés. Lo que el servicio de seguridad había descubierto, no era un asesino en serie, sino parte de un conducto internacional de ingredientes de productos médicos y dentales que habitualmente se implantan en las personas de todo el mundo.

Los documentos incautados sugirieron que los restos de los ucranianos muertos estaban destinados a una fábrica en Alemania que pertenece a la filial de una empresa de EE.UU. de productos médicos, con sede en Florida llamada RTI Biologics.

RTI es parte de una industria cada vez mayor de empresas que obtienen beneficios convirtiendo los restos mortales de personas en todo, desde implantes dentales hasta eslingas de la vejiga para curar las arrugas.

La industria ha florecido aún cuando sus prácticas han despertado preocupaciones acerca de cómo se obtienen los tejidos, qué tan bien son informadas las familias en duelo y los pacientes trasplantados además de los riesgos del negocio.

Sólo en los EE.UU., el mercado más grande y el mayor proveedor, se estima que dos millones de productos derivados de tejido humano se venden cada año, una cifra que se ha duplicado en la última década.

Es una industria que promueve productos y tratamientos que, literalmente, permiten ver a los ciegos (a través de trasplantes de córnea) y a los cojos caminar (por medio de tendones y ligamentos reciclados para su uso en la reparación de la rodilla). También es una industria alimentada por un apetito de gran alcance gracias a sus beneficios y nuevos cuerpos humanos.

El negocio del reciclaje de seres humanos muertos en implantes médicos es un oficio poco conocido, pero lucrativo. The International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ) descubrió denuncias de irregularidades en la adquisición de algunas de las materias primas utilizadas en los productos. Para saber más: www.icij.org/tissue

En Ucrania, por ejemplo, el servicio de seguridad cree que los cuerpos pasan a través de un depósito de cadáveres en el distrito de Nikolaev, una región arenosa de construcción de navíos situada cerca del Mar Negro pudo haber estado alimentando el comercio, dejando atrás lo que los investigadores describen como potencialmente decenas de «fundas de títeres humanos»- cadáveres despojados de sus partes reutilizables.

Funcionarios de la industria argumentan que tales supuestos abusos son raros, y que la industria opera de forma segura y responsable.

Por su parte, RTI no respondió a las reiteradas solicitudes de comentarios. En declaraciones públicas de la compañía dicen que «honra el don de la donación de tejidos mediante el tratamiento de los tejidos con respeto, mediante la búsqueda de nuevas formas de utilizar el tejido para ayudar a los pacientes y ayudando a tantos pacientes como sea posible en cada donación.»

‘Nuestra desgracia’.

A pesar de su crecimiento, el comercio de tejidos se ha escapado en gran medida al escrutinio público. Esto es gracias en parte a la agresiva supervisión oficial y al poco atractivo popular de la idea de permitir a los muertos ayuden a los vivos a sobrevivir y prosperar.

Una investigación de 8 meses en 11 países llevada a cabo por el Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos (ICIJ) ha encontrado, sin embargo, que las buenas intenciones de la industria de los tejidos a veces están en conflicto con el afán de ganar dinero de entre los muertos.

Las medidas de seguridad para asegurar que todos los tejidos utilizados por la industria se obtuvieron legal y éticamente son insuficientes, ICIJ lo descubrió a partir de cientos de entrevistas y miles de páginas de documentos públicos obtenidos a través de solicitudes de registros en seis países.

A pesar de las preocupaciones de los médicos de que el comercio con poca regulación podría permitir a los tejidos enfermos infectar a los receptores de trasplantes con hepatitis, VIH y otros patógenos, las autoridades han hecho poco para hacer frente a los riesgos.

En contraste con los sistemas fuertemente controlados para el seguimiento de los órganos intactos, tales como el corazón y los pulmones, las autoridades de los EE.UU. y muchos otros países no tienen forma de rastrear con precisión de donde provienen la piel y otros tejidos reciclados y hacia dónde van.

Al mismo tiempo, dicen los críticos, el sistema de donación de tejidos puede profundizar en el dolor de las familias en duelo, manteniéndolos en el engaño o mintiéndoles acerca de lo que va a pasar con los cuerpos de sus seres queridos.

Ese fue el caso de los padres de Malish Sergei un chico ucraniano de 19 años de edad, que se suicidó en 2008, dejó cruda realidad. En el funeral de Sergei, sus padres descubrieron cortes profundos en las muñecas. Sin embargo, sabían que se había ahorcado.

Más tarde se enteraron que partes del cuerpo de su hijo habían sido recicladas y enviadas como «material anatómico«.

«Ellos hacen dinero con nuestra desgracia«, dijo el padre de Sergei.

La ética y la moral vendiéndose al mejor postor. Si desean seguir leyendo más: Body wranglers at work: Inside the global trade in human corpses.