Coloridas maravillas de la naturaleza

La pirámide de Chichén Itzá es una joya de la cultura maya, cuya piedra es rosada, bermellón, roja y azulada, dependiendo la hora del día. Una obra de una precisión arquitectónica inigualable, diseñada para que cada año a través de los rayos del sol, se de la ilusión de que una serpiente sagrada baja al suelo, justo al inicio de la primavera. Estos 4 monumentos han sido declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO, por algo será.

Lugares que cambian de color durante el día:

El cerro de los Siete Colores es un fenómeno natural que tiñe de colores ocres, púrpuras, amarillos, naranjas y rosados las laderas en las que se encuentra el pueblo de Purmamarca, situado a 2.275 metros de altitud, en la provincia argentina de Jujuy. Esta auténtica paleta geológica toma sus tonalidades de las entrañas de la misma montaña, de los minerales que se superponen y se unen a otros, junto a sedimentos marinos que los movimientos tectónicos han llevado a la superficie, hasta componer este capricho de la naturaleza, un verdadero muestrario de colores, orgullo de ese pueblo.

En el corazón de Australia, se encuentra una inmensa mole de piedra que se levanta en la llanura, conocida como Urulu o la roca Ayers, con una altura de 350 metros y un perímetro de 9,5 kilómetros . Es uno de los iconos más famosos de Australia y recibe la visita de miles de turistas. Lo más interesante de la roca es que cambia de color según los rayos del sol, también cambia con la lluvia o las estaciones del año, adquiriendo una intensa tonalidad rojiza a morada justo al atardecer, pasado por el gris perlado en cuestión de horas.

En cuanto a las obras humanas, el Taj Mahal es un majestuoso edificio construido en 1631, en la ciudad de Agra, en la India, obra del Emperador Shah Jehah, en conmemoración de su fallecida esposa Mumtaz Mahal, de la dinastía mogol, cuya fachada de mármol va cambiando de tonalidad durante el día, pasando del rosado al blanco, que es su color original, para luego tornarse ocre y finalmente plateado, para resurgir nuevamente de color rosa al amanecer.