El aclamado cineasta francés Jean-Luc Godard muere en suicidio asistido legalmente en Suiza. Una controvertida forma de poner fin a la vida que poco a poco gana adeptos en diversas partes de Europa y Norteamérica. Godard tenía 91 años de edad y, según su abogado, el pionero de la nouvelle vague eligió “partir voluntariamente” pues sufría múltiples patologías incapacitantes.
Sin embargo, una serie de declaraciones hechas por un familiar de Godard al periódico francés La Libération está causando polémica. Y es que, según esta provocativa fuente, los padecimientos del director eran más mentales que físicos. “No estaba enfermo”, comentó esta persona. Agregando que “simplemente estaba cansado. Por eso tomó la decisión de poner fin a su vida. Era importante para él se supiera que se trató de su decisión”.
Como se comenta en el artículo de La Libé, el suicidio asistido era un presagio en la vida de Godard. Y es que el cineasta jamás ocultó su visión sobre la muerte y la forma de partir. En una biografía escrita por Jean-Luc Douin se dice que el director tenía una “extrema fascinación por el suicidio”. De hecho, circulaban rumores de que siempre llevaba una cuchilla de afeitar en la cartera.
En 2014, durante una entrevista en el Festival de Cine de Cannes, a Godard le preguntaron si consideraría la muerte asistida. Aunque admitió que sería una “decisión complicada”, finalmente respondió que sí lo haría. El suicidio asistido de Godard tuvo lugar en la “paz de su hogar”, una residencia en Suiza que compartía con su esposa, la cineasta Annie-Marie Miéville.
La polémica de la muerte asistida.
Actualmente, las leyes francesas prohíben la muerte asistida. El marco legal solo autoriza a los médicos mantener sedados a los pacientes que cursan enfermedades terminales. Sin embargo, desde hace algunas semanas el tema es motivo de debate en Francia. Esto después que el presidente Emmanuel Macron anunciara que el país discutirá sobre la posible legalización de la eutanasia.
En 2016, Canadá legalizó la muerte asistida y hasta la fecha cuenta con las regulaciones sobre el tema más permisivas del mundo. Sin embargo, a últimas fechas los canadienses han protagonizado acalorados debates sobre la eutanasia. Principalmente después que un grupo de la Universidad de Columbia Británica que aboga por los derechos de las personas con discapacidad refiriera a las leyes del país como: “la mayor amenaza a la existencia de personas discapacitadas desde el programa nazi de 1930”.
El caso de Alex Nichols también provocó un intenso debate sobre las leyes de eutanasia en Canadá. Este hombre padecía pérdida auditiva y una depresión tan severa que buscó el consentimiento del gobierno para poner fin a su vida. Sus familiares no estaban de acuerdo y aseguraron que el estado canadiense “lo mató” al autorizarle un medio para poner fin a su vida.
Suicidio asistido en el futuro.
Innegablemente, el tema del suicidio asistido es muy delicado en Canadá. Y el próximo año será todavía peor, pues el gobierno aprobará una serie de leyes para la muerte asistida por razones de salud mental. Además, están considerando autorizar la muerte asistida a menores de 18 años “maduros” que cumplan una serie de criterios.
En el particular caso de Godard, la cobertura mediática parece reflejar una postura completamente distinta a la que se tenía hace apenas unas décadas sobre la eutanasia. Basta con recordar el caso de Jack Kevorkian, un médico estadounidense que aplicó eutanasia a 130 de sus pacientes mediante un dispositivo denominado “Thanatron”. Por estos actos, el médico perdió su licencia y murió en la infamia.