Dos personas se mueren y se van al infierno, y el demonio les pregunta;
– “¿A dónde quieren ir, al infierno alemán o al infierno mexicano?”
Entonces uno de ellos respondió:
– “¿Qué diferencia hay?”
Y le explicó el demonio:
– “Miren, en el infierno alemán lo único que tienen que hacer es comer una pala de mierda al día, y sin embargo en el infierno mexicano tienen que comer 100 palas de mierda al día”.
Entonces uno de ellos decidió irse al infierno alemán, pero el otro, curiosamente decidió irse al mexicano.
Cuando pasó un tiempo, se encontraron, y el uno le preguntó al otro:
– “¿Oye como te va en el infierno alemán?”
A lo que le contesta:
– “Bueno ahí vamos, lo malo es acostumbrarse a comer la pala de mierda” y pregunta risueño, “¿Bueno y tu en el infierno mexicano?”:
y le responde:
– “¡pues muy bien!, porque un día falta la pala, otro no hay mierda… otros días el que me la tiene que dar hace manifestaciones… en fin”
Me imagino que dentro del infierno mexicano ha de ser un infierno el controlarlo, imaginate que te den el puesto de coordinador de infierno mexicano, ese si seria tortura eterna.
Jajajaja idiotas!
si le creo al infierno aleman, son bastante precisos en su chamba, allá no hay mamad.as
Ah, jajaja, creo que ese chiste aplica a cualquier país latinoamericano 🙂
JAjajajjajajj. Buenísimo chiste. Pero ojo, que los alemanes tampoco son tan serios, aparte del mito. Y no solo los mexicanos son así de chapuceros, desde luego.