Sentía un terror indescriptible de mirar hacia atrás. Después de ser testigo de las cosas horrendas que habían sucedido en los DVDs tenía miedo de lo que fuera que estuviera detrás de mí. Pero tuve una sensación extraña como si muchas arañas caminaran sobre mi piel. Mi cabeza se giró sin mi consentimiento. Me di la vuelta lentamente, aterrada por lo que pudiera encontrar a mis espaldas. Cerré los ojos. Quizá si no lo veía, no me podría hacer daño. Intenté tanto como me fue posible mantener los parpados juntos, pero fueron deliberadamente abiertos. Fueron mis propios dedos quienes los forzaron a abrirse. Ni siquiera había sentido el momento en que mis brazos se movieron.
Creepypasta
¿Disfrutas de las historias de terror? En Creepypasta encontrarás toda clase de relatos que van desde el terror psicológico hasta esa clase de pesadillas que se quedan con nosotros para toda la vida. Las historias aquí contadas emanan de aquellos temores más profundos que poseen los usuarios de Internet. La única característica en común entre todos estos relatos es que son ficticios… o quizá no.
Jamás volveré a usar un baño público
Antes de empezar con la historia, debo decirles que soy una joven adulta diagnosticada con depresión psicótica y trastorno de ansiedad. Tuve una infancia llena de dificultades, e invertí mis años de escuela haciendo todo lo posible para no estar en casa.
Ocasionalmente participo como voluntaria en un albergue para personas sin hogar, voy cuando me es posible. La pequeña ciudad donde vivo no proporciona mucha asistencia a las personas sin hogar, y pensaba que si no actuaba, no haría nada bueno por la sociedad. Quizá eso fue un tanto egoísta, de hecho, jamás me consideré una buena persona.
El DVD estaba cubierto de rasguños (Parte II)
Esta caja no estaba dirigida a mí. Al menos no de la misma forma que la pasada. Era un DVD puesto dentro de una bolsa negra de basura. El plástico estaba húmedo, como si hubiera estado en la calle desde hacía mucho tiempo. No estaba abierto. Lo llevé al interior de la casa y puse la mano dentro de la bolsa sin mirar. Tras encontrar el DVD descubrí el segundo artículo: una rosa. Bueno, no era precisamente una rosa. Se trataba del dibujo de una rosa sobre un trozo de papel. Los bordes habían sido rasgados o mordisqueados. Quizá la dibujó un niño.
El DVD estaba cubierto de huellas (Parte I)
¿Qué tan extraño puede ser abrir una caja que encuentras en la puerta de tu casa? Tenía mi dirección, eso significaba que era mía. Por supuesto que la iba a abrir. Ni siquiera noté que no había dirección del remitente. Simplemente era un paquete pequeño forrado con papel café. Mi nombre había sido escrito con caligrafía perfecta en marcador negro. Era para mí. Cualquiera habría hecho exactamente lo mismo. La caja contenía dos cosas: un DVD y una pequeña escultura tallada en madera, un oso.
Privación sensorial – Creepypasta
Durante dos días enteros me aislé en la total oscuridad sin ningún tipo de compañía más que la de mis propios pensamientos. Entre el 22 y 24 de agosto fui un prisionero del Infierno, y jamás olvidaré lo que sucedió en ese tanque.
Aproximadamente un año antes a este evento, conocí a un sujeto al que de aquí en adelante referiré como “X”. X era mi mejor amigo. Durante toda la adolescencia me resultó muy complicado hacer amigos. Entonces, cuando lo conocí en el primer semestre de la universidad, me emocioné bastante por tener la compañía de alguien con quien disfrutar. Compartíamos un sentido del humor levemente ofensivo (en ocasiones íbamos un poco más allá), nos gustaban los mismos juegos y, en general, teníamos los mismos intereses. X era como yo. Nunca se le había dado eso de hacer grandes amistades, por lo que creo que ambos estábamos felices de tener compañía.
El precio del azúcar – Creepypasta
Si de niña me hubieran preguntado qué quería ser cuando creciera, ciertamente “artista pasando hambres” no estaría en mi lista de respuestas. Probablemente hubiera respondido que astronauta, presidenta o dinosaurio – después, al descubrir que los niños no se podían transformar en dinosaurios y que las niñas de piel oscura en Nueva Zelanda no se convierten en astronautas ni en presidentas, probablemente hubiera dicho que “enfermera” o “doctora”.