La fortuna de un amor que te haga reír
Hace unos días veía una película en la televisión, en un diálogo entre dos de los personajes, uno de ellos preguntaba: “¿amabas a tu madre?”, a lo que el otro respondía: “sí, la amaba. Pero no me gustaba estar a su lado”. En ese momento me pareció algo extraño. Pero después comprendí y me convencí de que es posible amar a alguien y, al mismo tiempo, no gustar de esa persona. Gustar implica placer. Y no siempre el amor es placentero. En ocasiones puede ser sufrido, triste o un amor sobrecargado.
…