Un grupo de científicos está proponiendo un peculiar plan para enfriar los polos terrestres. Básicamente, la propuesta implica emplear aeronaves para sembrar una nube con partículas microscópicas de dióxido de azufre. Parece demasiado drástico, pero esta clase de iniciativas atienden al dramático ritmo con que se derriten los casquetes polares.
Además del aumento en el nivel de los océanos, el problema con el deshielo es que agrava todavía más el calentamiento global. Según los expertos, este proceso libera gases perjudiciales para el medioambiente. Un auténtico callejón sin salida en los esfuerzos por combatir el cambio climático. Por eso, estos científicos proponen el insólito plan para frenar el deshielo y enfriar los polos de la Tierra.
El plan para enfriar los polos Norte y Sur.
Investigadores de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, publicaron el estudio en la revista Environmental Research Communications. En el artículo se sugiere pulverizar partículas microscópicas de aerosol en la atmósfera para reflejar la luz solar y enfriar los casquetes polares. Los autores estiman que se necesitarían 175 mil vuelos anuales, una tarea que terminaría liberando millones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera.
Wake Smith, autor principal del estudio, enfatiza que este plan solucionaría un síntoma importante del cambio climático, pero no la causa. “Es aspirina, no penicilina. No estamos ante un sustituto para la descarbonización”, señala el investigador de Yale.
El plan es invertir en una flota de 125 aeronaves militares de reabastecimiento aéreo. Mismas que se encargaría de liberar una nube de partículas microscópicas de dióxido de azufre a 13 km de altura. En ambos hemisferios, la latitud de acción se ubicaría a los 60 grados. En teoría, los aerosoles flotarían lentamente sobre vientos de altitud en dirección a los polos, cubriendo ligeramente la superficie terrestre.
Tarea titánica.
Alrededor de 13 millones de toneladas de partículas tendrían que liberarse entre primavera y verano para enfriar las regiones polares unos 2°C. “Cualquier alteración intencional del termómetro global es de interés común para toda la humanidad y no solo para las regiones del Ártico y la Patagonia”, señala Smith. “Si la ecuación riesgo-beneficio vale la pena en algún sitio, es en los polos”.
David King, líder del Climate Crisis Advisory Group, sugiere que se necesita un plan de acción radical para conservar el hielo en los casquetes polares. “El objetivo es ganar tiempo mientras reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero profunda y rápidamente. Es algo esencial”, declaró el experto que anteriormente trabajó para el gobierno británico.