La imaginación es un recurso sumamente útil para nuestros cerebros. Por ejemplo, desde siempre la empleamos como una de las técnicas más efectivas para dormir al contar ovejas mentalmente. Desde pequeños nos enseñan a imaginarlas saltando una a una a través de una cerca. Parece una tarea sumamente simple (y aburrida). Sin embargo, se sabe de personas a las que resulta imposible contar ovejas en la mente.
Y aunque es poco comprendida por la ciencia, la culpa es de una extraña condición. Los individuos que padecen esta discapacidad saben lo que es una oveja, y describen sus características a la perfección. Pero, su cerebro falla cuando se trata de visualizarla en sus mentes. Son incapaces de observar cosas en su imaginación, por eso la condición recibe el nombre de afantasía.
Afantasía y la incapacidad de ver cosas en la imaginación.
Hablamos de la incapacidad para evocar la imagen mental de alguna cosa almacenada en la memoria. Puede ser el paisaje del lugar donde vive esta persona, su propia casa e incluso el rostro de la persona amada. Aunque la condición se refirió por primera vez en el siglo XIX, hace poco más de cinco años que se definió con propiedad.
Pese a que la enfermedad es reconocida por la ciencia, existen muy pocos estudios sobre el tema. De hecho, la mayor parte de lo que sabemos sobre afantasía proviene de informes personales.
En 2015, después que el término quedara oficialmente establecido, uno de los primeros en relatar su experiencia es Niel Kenmuir. Durante una entrevista para la BBC, confesó que se sabía diferente desde pequeño. Y cuando llegaba la hora de contar ovejas, esta diferencia resultaba más que evidente. «No logro ver ninguna oveja saltando cercas, no hay nada para contar», señaló en la entrevista.
Meses después, The New York Times entrevistó a una mujer llamada Serena Puang que describió un padecimiento semejante. «Jamás pude ver nada. Sólo oscuridad. Pasé muchos años contando silenciosamente en la oscuridad», dijo.
¿Cómo es vivir con afantasía?
Hasta donde has leído la afantasía parece una enfermedad terrible. Pero, la verdad es que esta condición parece no influir sobre la creatividad e imaginación de quienes la padecen. Son extremadamente raros los casos vinculados a un problema con la memoria visual.
Parece contradictorio, pero los individuos que viven con afantasía llevan una vida completamente normal y funcional. De hecho, la mayoría ni siquiera se percata de que su cerebro funciona diferente hasta que llegan a la adultez. Y aunque son muy pocos, algunos individuos con el padecimiento experimentan sueños.
A pesar de esta condición, las personas son completamente capaces de reconocer rostros y lugares. Esto hace suponer que la memoria espacial y la imaginación verbal no se ven afectadas. Y la hipótesis parece confirmarse en el estudio más reciente sobre el tema. Un experimento que involucró a 103 voluntarios con afantasía y sin ella.
Les mostraron fotos con tres salas de estar, y a continuación se solicitó a cada voluntario dibujarlas en un papel. En la primera fase se les permitió dibujar la escena mientras observaban la fotografía original. Sin embargo, en la segunda etapa tuvieron que valerse de su memoria. Posteriormente, cada uno de los dibujos pasó a evaluación.
«Es importante señalar que no apareció una diferencia significativa entre los voluntarios afantásticos y el grupo de control al dibujar directamente una imagen. Esto sugiere que las diferencias son específicas de la memoria y no se ven influenciadas por la diversidad de esfuerzo, capacidad de dibujo o procesamiento perceptivo. De hecho, los voluntarios afantásticos presentan una confianza similar en sus aptitudes artísticas respecto al grupo de control. Varios tomaron clases de arte o estudiaron carreras basadas en el arte», señalaron los autores.
La importancia de la memoria.
Al reproducir la sala de estar con la fotografía disponible, ambos grupos puntuaron similar. Sin embargo, cuando retiraron la fotografía los voluntarios afantásticos presentaron más dificultades al dibujar. La conclusión de esta investigación es que la afantasía impide la creación de imágenes visuales, mientras la memoria espacial se mantiene intacta.
«Los dibujos proporcionados por los voluntarios afantásticos revelan una escena compleja y matizada en la que observamos un deterioro en la memoria del objeto. Aunque la memoria espacial y verbal a la hora de evocar imágenes del mundo real permanecen intactas», concluyen.
Hasta apenas me entero de este padecimiento, siempre me pregunte porque no podía ver nada de imágenes al querer imaginar algo