La experiencia y la investigación demuestran que la supresión del pensamiento no suele funcionar, entonces, ¿cómo podemos desechar los pensamientos repetitivos y molestos? Y es que de verdad, no hay cosa más molesta e irritante que un pensamiento atascado dando vueltas en la cabeza.
Podría tratarse de una equivocación en el trabajo, problemas financieros o quizá un miedo sin nombre. Cualquiera que sea esa ansiedad, miedo o preocupación, podría resultar muy complicado dominarla.
Uno de los métodos más intuitivos, casi natural, es tratar con el problema empleando la represión del pensamiento: tratamos de sacarlo de nuestras mentes. Desgraciadamente, como varios estudios los han demostrado, la supresión del pensamiento no suele funcionar. E irónicamente, intentar expulsar los pensamientos de nuestra mente sólo provoca que se hagan más fuertes. Sin duda es un descubrimiento muy frustrante, pero uno que ha sido comprobado en la experimentación multitud de veces.
Entonces, ¿Cuáles son las alternativas para deshacernos de esos pensamientos que preferimos no mantener en nuestras cabezas? En un artículo para American Psychologist, el experto en la supresión del pensamiento, Daniel Wegner, explica algunos métodos potenciales para confrontar los pensamientos persistentes no deseados. Estos son algunos de nuestros favoritos:
1. Distracción focalizada
El reflejo por naturaleza cuando se trata de despejar la mente, una especie de cliché generalizado, es intentar pensar en otra cosa: para distraerse. La mente vaga en busca de nuevas cosas sobre las que enfocarse, con la esperanza de que esta búsqueda nos traiga paz.
La distracción no es efectiva pero, por extraño que parezca, los estudios sugieren que es mejor distraerse a uno mismo con una cosa específica, en lugar de dejar que la mente vague libremente.
Y esto se debe a que el pensamiento no focalizado se asocia con la infelicidad; por lo que es mejor concentrarse en, digamos, una canción específica, un programa de TV o una tarea.
2. Evita el estrés
Otro método intuitivo para evadir los pensamientos persistentes es colocarnos bajo estrés. El objetivo aquí es que esa ocupación nos deje exhaustos, mentalmente hablando, como para estar preocupándonos por otras cosas.
Cuando esto se llevó a una prueba científica, resultó un enfoque malísimo. De hecho, en lugar de funcionar como una distracción, el estrés provoca que los pensamientos no deseados se hagan más fuertes, en consecuencia, no debería ser utilizado como una forma para evadir los pensamientos desagradables.
3. Posponerlo para después
Mientras reprimimos continuamente un pensamiento que se hace cada vez más fuerte, posponerlo para después puede funcionar.
Los investigadores han intentado solicitarles, a aquellos con pensamientos persistentes de ansiedad, posponer su preocupación a un periodo designado de 30 minutos. Algunos estudios sugieren que la gente cree que esto funciona como una forma lateral de supresión del pensamiento.
Así que dejar todas las preocupaciones para un periodo especifico y delimitado puede traer alivio a tu mente el resto del día
4. Terapia de paradoja
¿Y si, en lugar de intentar suprimir un pensamiento repetitivo preocupante sobre, digamos, la muerte, nos dirigimos directamente hacia él y nos concentramos en este?
Parece paradójico que concentrarnos en un pensamiento ayude a que este desaparezca, pero algunas investigaciones sugieren que esto puede funcionar. Tiene como base el principio de la “terapia de exposición”, la misma se aplica, por ejemplo, a las personas que tienen fobia a los insectos a través de la exposición a las arañas, hasta que el miedo comienza a desaparecer.
Esto no es un enfoque para las personas débiles, pero la investigación sugiere que puede resultar de utilidad cuando es empleado por aquellas personas que abordan los pensamientos obsesivos y las conductas compulsivas.
5. Aceptación
De una forma similar, aunque no tan directa, tenemos evidencia de que intentar aceptar los pensamientos no deseados, en lugar de hacerles frente, puede resultar de provecho. Esta es la conclusión general a la que llegó un estudio en el que disminuyó la angustia de los participantes.
“Hacerle frente a un pensamiento objetivo es como luchar por salir de las arenas movedizas. Quiero que seas capaz de ver tus pensamientos. Imagina que salen por tus oídos en pequeños signos custodiados por soldados marchando. Quiero que les permitas a esos soldados marchar frente a ti, como en un pequeño desfile. No discutas, evadas ni intentes hacer que desaparezcan. Sólo observarlos marchar.” (Marcks & Woods, 2005, p. 440)
6. Meditar
De forma similar a la aceptación, la meditación de atención plena budista promueve una actitud de compasión y no-juicio hacia los pensamientos que habitan en la mente. Esto también puede ser una aproximación útil para los pensamientos repetitivos no deseados.
7. Autoafirmación
La autoafirmación es una verdadera panacea psicológica. Implica pensar en los rasgos positivos y en potenciarlos para aumentar la confianza social y el autocontrol, entre otros múltiples beneficios.
También puede resultar útil para los pensamientos cíclicos no deseados, a pesar de que sólo se ha experimentado un par de veces.
8. Escribe sobre ellos
Contrastando con la autoafirmación, la escritura expresiva – escribir sobre los pensamientos y sentimiento más profundos – ha sido experimentada de forma extensa y se ha probado que ofrece varios beneficios a la salud y a la psicología (aunque generalmente con un efecto pequeño).
Escribir emocionalmente sobre uno mismo, entonces, puede ser una vía de escape para reducir los pensamientos recurrentes no deseados.
Una nota de Daniel Wegner sobre estas técnicas:
«Las técnicas y terapias explorados en esta publicación varían desde las más consolidadas a las experimentales, pero no olvidemos que, en general, todas se inclinan por lo experimental… estas soluciones conjuntas para los pensamientos no deseados deben ser tomadas como hipótesis y posibilidades en lugar de remedios confiables o recomendaciones».
En evidencia de lo antes mencionado, ninguna de las técnicas anteriores está destinada a hacer daño alguno y, probablemente, resulten una mejora en la supresión de los pensamientos no deseados.
Excelentes las técnicas, gracias.
Una novena técnica muy eficaz son unas frias y deliciosas chelas.
maestro de la sabiduría!
No solo hay que leerlo, hay que ponerlo en practica, aunque se que va a costar algo de trabajo.