16 dibujos medievales extraños y divertidos

El estudio de los manuscritos medievales es fascinante por muchas razones, pues se trataba del principal medio de registro y transmisión de información en la época. En estos antiguos textos encontramos muchas sorpresas, desde cuentos de caballería hasta tratados médicos, y en ocasiones, dibujos medievales extraños y divertidos que nos hacen preguntarnos sobre la vida y la imaginación de aquellos que los crearon.

Además de su valor histórico y cultural, los manuscritos medievales también proporcionan una mirada a la creatividad e imaginación de aquellos que prevaleció en la época. En esta ocasión exploraremos dibujos medievales extraños y entretenidos descubiertos en manuscritos de la época. Prepárate para ver ilustraciones de seres mitológicos, criaturas extrañas, escenas de la vida cotidiana, etc.

Veremos cómo los ilustradores medievales incorporaron su creatividad y sentido del humor en sus obras, y cómo estas ilustraciones nos brindan una ventana a una época donde la escritura y la ilustración eran todo un arte. Acompáñanos en este emocionante viaje a través del tiempo donde encontrarás algunos de los dibujos más extraños y divertidos de la Edad Media.

Crucigrama alemán del siglo XII.

Las ironías del destino: terminas crucificado en una cruz y, mil años después, utilizan tu acto de sacrifico para adornar un CRUCIgrama.

Un extraño ser hacha en la Región Flamenca de Bélgica, siglo XIV.

¿Alguna vez escuchaste hablar de una serpiente azul de dos patas, con una mano en lugar de cabeza con la que empuña un hacha? Ni siquiera en la literatura de ficción. Por lo tanto, resulta muy probable que esta ilustración no está inspirada en la realidad. Vamos, la cosa ni siquiera tiene ojos para ver a lo que le dará un hachazo.

Un soldado agonizante en la Francia del siglo XIII.

Si me dieran con un hacha en la cabeza, especialmente la ilustración anterior, estoy seguro de que lo último que haría sería tomarlo con calma. Sin embargo, el caballero en esta ilustración del siglo XIII parece decir: “¿llamas a esto un golpe de hacha? Hasta mi pequeño hermano de 5 años pega más fuerte”.

Ataque de un monstruo de las profundidades en Francia, siglo XVI.

En la imaginación del humano promedio, el ataque de un monstruo marino aparece como una escena cargada de emociones. Sin embargo, parece que este ilustrador estaba pensando en otra cosa cuando representó uno de esos ataques. De hecho, a juzgar por la cara del desgraciado que está en las fauces del temible ser, la situación parece extremadamente cotidiana. Como si fuera la décima reencarnación en la que muere tragado por uno de estos animales.

Un hombre sobre un pez en los Países Bajos, siglo XVI.

Ojalá tuviéramos el contexto de esta escena, pues el dibujo medieval se presta a las más variadas interpretaciones. Tal vez este pervertido de gran retaguardia esté abusando del pobre pez a plena luz del día. Aunque, yo prefiero creer que el animal está salvando al regordete nadador de morir ahogado.

“Miren a este pobre imbécil”, Francia, siglo XIII.

Las historias y leyendas de los caballeros medievales inspiraron incontables obras en la literatura y el cine. A menudo se les describe como personajes heroicos, capaces de sacrificar su vida en el campo de batalla para salvaguardar su honor. Y luego tenemos a este soldado, batallando para quitarse la cota de malla. ¿O se la estará poniendo? Cualquiera que sea el caso, está haciendo el ridículo de su vida justo frente al rey.

Un demonio empistolado en la Francia del siglo XV.

Si pocas cosas producen más pavor que un demonio medieval, ahora imagina un demonio con una escopeta. Lo más interesante es que su compañero parece respaldarlo con una barra metálica. ¿Acaso intentan amedrentar al monje en la ventana? Si me lo preguntan, parecen dos demonios punks causando estragos en una zona rural.

Un monje sireno.

Si crees que Disney y la inclusión forzada arruinaron la historia más popular sobre sirenas, échales un vistazo a los alcances de este ilustrador. Aparentemente se trata de un monje sireno presumiendo a un pez.

Un jabalí con pantalones en la Francia del siglo XIV.

¿De verdad crees que los dibujos de animales con pantalones son una tendencia contemporánea? La humanidad lleva siglos preguntándose cómo se verían diversas especies si usaran pantalones. Tal es el caso de este jabalí que no parece muy feliz al respecto. Quizá los pantalones le quedan muy ajustados.

Un murciélago en la Francia del siglo XV.

Efectivamente, se supone que esta cosa es un murciélago. Aunque, siendo sinceros parece más una ilustración de Mothman, un extraño ser cuya aparición supuestamente presagia desastres. Lo más curioso de esta ilustración es que representaron al murciélago con un sombrero. Aunque el accesorio parece no incomodarle, pues luce muy contento.

Un doctor perro en la Inglaterra del siglo XV.

En esta ilustración, un doctor perro de la Edad Media atiende a un gato postrado en la cama. A juzgar por la presencia de plantas y por la época en que se hizo esta ilustración, muy probablemente esa vasija contenga algún brebaje raro o vómito del doctor Firulais.

Un perro con cara de señor, Suiza, siglo XVI.

Aparentemente, los dibujos medievales destacan por el alto nivel de estilización que lograban alcanzar. Pero, no existe forma alguna de que este sea un perro. Sospechamos que este artista jamás vio un perro en su vida y que elaboró la ilustración a partir de vagas descripciones que escuchó durante una borrachera. ¿Por qué le puso el rostro de un señor?

Una raíz con rostro.

Incluso para los estándares que manejaban los artistas medievales, uno consideraría que algo tan simple como una raíz era fácil de ilustrar y reconocer. Pero no, además de proporcionarle un rostro, esa cosa parece estar juzgándote. Parece una versión primitiva del Pokémon Oddish.

Un cangrejo en la Suiza del siglo IX.

¿Qué manía tenían los suizos de la Edad Media con ponerle rostro a todo lo que dibujaban? Se supone que esto es un cangrejo. Entonces, ¿por qué le dieron ojos y cejas humanas? Definitivamente, este artista elaboró la ilustración a partir de una descripción poco precisa del animal.

Caracoles subiendo por unas escaleras, Francia, siglo XIV.

A juzgar por el cuerpo arremolinado que asemeja a un caparazón, suponemos que se trata de tres caracoles. No podemos decir lo mismo de su rostro, que parece más el de un perro. Además, ¿por qué tres caracoles subirían para una escalera para liberar un cometa atorado en una rama? ¿Qué fumaban en esa época?

Una cosa con un hueso, Países Bajos, siglo XIV.

Terminaremos esta serie de ilustraciones medievales extrañas con… una cosa. Un algo que lleva un hueso en el pico. ¿Se tratará del legendario pájaro patuano?