Wang Saen Suk, el jardín del infierno

jardín del infierno (5)

Wang Saen Suk, 90 minutos a las afuera de Bangkok en el camino hacia Pattaya, es un jardín repleto de estatuas representando lo que sería el infierno budista.

A pesar de que hay escenas horripilantes, el jardín atrae a un montón de familias. Después de pasar un letrero que reza «Bienvenido al infierno!«, los visitantes se encuentran a los pecadores hervidos en calderos de cobre, desgarrados por los perros del infierno y demacrados con las costillas por fuera. «Si conoces el mal en esta vida, no pospongas los méritos que te salvaran en la siguiente«, lee un cartel del jardín. «Dona un poco cada día y tendrás una vida feliz.»

Según el «Ruang Traibhumi Phra,» cuando un budista muere, él o ella se presenta ante los cuatro seres celestiales que revisan el historial de los muertos, las buenas y malas acciones. Si las buenas obras superan a las malas, irá al cielo, si sus malas acciones superan a las buenas, será castigado.

El castigo en el infierno budista varía en función de los pecados cometidos, pero toda forma de castigo es una tortura, y muchas de estas son las que se representan en el jardín. El infierno tiene 136 recamaras, pero los individuos son capaces de renacer de cada una. Loganta, un pozo especial reservado para aquellos que han agredido a sus padres o monjes físicamente, es el único pozo frío y los que son enviados, se dice que permanecerán hasta el nuevo nacimiento de Buda.

Imágenes: spaceghetto.st/?q=content/wang-saen-suk-hell-garden

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