Las rutinas suelen ser satanizadas por muchos, pero son algo completamente inevitable. Esa idea de que la felicidad plena se obtiene en una vida cuyas nuevas experiencias aparecen con cada salida del Sol, para la mayoría de los mortales forma parte de una ilusión que nos han vendido en las campañas publicitarias y en algunas películas.
El “mundo real” dista mucho de ese concepto. Depende únicamente de nosotros transformar todo ese “aburrimiento”, “monotonía” y “rutina” en algo por lo que podamos sentir placer.
Este cortometraje titulado Vicious Cycle (“Círculo vicioso”, en español) hace algo muy común a últimas fechas en el mundo de la ciencia ficción (que pudimos apreciar de forma excepcional el año pasado en series como Westworld): emplea máquinas (o robots, más propiamente dicho) para ilustrar el proceso de mecanización del ser humano.
También nos muestra la forma en que los engranajes externos acaban atrapando a los robots en ese círculo vicioso, sin que ellos tengan una noción de dicha realidad. ¿Qué sucede cuando los robots son obligados a ejecutar una rutina incesante? Se vuelven desechables.
Te despiertas, revisas el celular, cepillas los dientes, ves las redes sociales, desayunas, te arreglas, revisas las redes sociales, vas a trabajar, regresas del trabajo, duermes. Te despiertas…
Simple e interesante.
No creo que quisieran expresar eso, mas bien parece que la moraleja es tener un buen control sobre la maquimaria y evitar llevarlas a situaciones por encima de su factor de seguridad, muy probablemente una mala lubricacion y escaso mantenimiento generen gastos muy altos como el remplazo completo de mecanismos. Ademqs muchos cosas estaban mal acopladas, un video para reflexionar.
Muy buen comentario Trulo, y para rematar cabe desatacar que los productos y servicios otorgados no llegan a ningún potencial comprador. Muy mala esa cadena de producción.