El descubrimiento de un tesoro por pescadores indonesios podría llevar a la revelación de la «Isla del Oro». Un sitio donde los gobernantes acumularon riquezas legendarias a través de vario siglos. El Srivijaya destacó como un poderoso imperio con mucha influencia sobre el archipiélago malayo, aunque su sede se encontraba en la isla de Sumatra. La referencia más antigua y convincente de su existencia proviene de I-Tsing, un monje chino del siglo VII. En uno de sus textos, I-Tsing rememora una estadía de seis meses en Srivijaya en el año 671.
El hallazgo del tesoro.
Un grupo de pesca local realizaba inmersiones en el río Musi, cerca de la localidad de Palembang, en Sumatra, cuando encontró una serie de tesoros. El hallazgo se compone de diversos elementos, desde una estatua budista a escala real hasta una colección de joyas muy valiosas. Por eso, algunos se aventuran a decir que este tesoro sería la confirmación sobre la existencia de la «Isla del Oro».
«Durante los últimos años surgieron artículos extraordinarios. Estatuas budistas, piezas de oro, piedras preciosas, monedas de diversos periodos y otra clase de objetos que puedes encontrar en la historia de Simbad el Marino y pensar que se trata de un invento. Estos son reales», dice el arqueólogo marino Sean Kingsley. El investigador hace referencia a una serie de historias originadas en Oriente Medio.
Protagonizadas por Simbad, las aventuras describen el viaje de este marinero por los mares del este de África y el sur de Asia. En el trayecto, Simbad descubre pueblos extraños y toda clase de seres monstruosos. Para Kingsley, el hallazgo de estos tesoros demuestra que Srivijaya era un «mundo acuático», probablemente asentado sobre el río. «Al culminar la civilización, los palacios, templos y casas de madera se hundieron junto con todos sus bienes», se lee en escritos antiguos sobre la «Isla del Oro».
El Imperio Srivijaya.
«En el siglo XVIII, cuando el mundo occidental ingresaba a la Edad Media, uno de los mayores reinos del planeta emergía en el Sudeste Asiático. Durante más de tres siglos, los gobernantes de Srivijaya controlaron diversas rutas comerciales entre la China Imperial y Oriente Medio», agrega el arqueólogo inglés. También señala que los gobernantes acumularon riquezas legendarias gracias a que este lugar se convirtió en el cruce internacional de los mejores productos de la época.
Se desconocen los motivos que llevaron al colapso del imperio, aunque Kingsley sugiere que la actividad volcánica o las fuertes corrientes del río terminaron engullendo a toda la ciudad. El hallazgo y la investigación están documentadas en la última edición de la revista Wreckwatch, donde colabora Kingsley.