No existe escapatoria, todos a lo largo de la vida terminamos adquiriendo malos hábitos. Quizá fumar, beber o comer de forma descontrolada, mordernos las uñas, obsesionarnos con las redes sociales, Internet y los smartphones, interrumpir a las personas cuando están hablando o incluso dejar todo para después. Cualquiera que sea el hábito, la verdad es que muchas veces resulta complicado abandonarlo.
En ocasiones buscamos formas complicadísimas de resolver algún inconveniente profesional o algún tipo de dolor sin ni siquiera imaginarnos que nuestro cuerpo puede ayudar con la solución. A continuación te presentamos una serie de tips que podrían sacarte de un apuro, y son tan increíblemente simples que es difícil no compartirlos con todo mundo.
Hielo y masaje.
En la cultura oriental siempre ha existido una preocupación consciente por la salud, y algunas técnicas muy antiguas todavía se encuentran vigentes. La acupuntura, por ejemplo, es una práctica bastante longeva que estimula puntos extremadamente sensibles del cuerpo humano con la finalidad de disminuir el dolor o los síntomas de alguna enfermedad – este dolor generalmente se encuentra en un punto diferente a la región que es tratada.
Aquí no vamos a convertirte en un Jedi que manipule las ideas de personas de “mente débil” haciendo uso de la Fuerza, pero sí te vamos a enseñar algunos trucos de la psicología inversa para que tengas influencia sobre las personas que te rodean.
Los maestros no se equivocan cuando dicen que lo importante en las matemáticas es “el procedimiento”. Un procedimiento matemático es como una llave maestra que te permite resolver muchas incógnitas de un mismo tipo.
Olvídate de las sillas elegantes y los centros de comando amplios que pueden verse en las naves espaciales de las películas como Star Trek, por ejemplo. El reingreso real a la atmosfera de una nave espacial es bastante aterrador, ruidoso y trepidante. Particularmente en la Soyuz, los astronautas dependen de un paracaídas gigante que se activa de forma automática. Y básicamente es una montaña rusa.
Cada uno de nosotros tiene una técnica fotográfica que nos favorece a la hora de publicar una imagen: inclinar un poco la cabeza hacia un lado, una sonrisa muy bien ensayada, una forma particular de posicionar el cuerpo. Lo puedes negar, pero con la cantidad de fotos que nos tomamos – o mejor dicho, que toman las personas –, con la frecuencia en que estas imágenes son expuestas y con la manera en que buena parte de nuestro círculo social se forma nuestra imagen a partir de esta fotos, quizá la mayoría de nosotros no hace mal a la hora de intentar salir bien en las fotografías.
