Cuando escuchamos los relatos de batallas largas y mortíferas como las que se suscitaron durante la Segunda Guerra Mundial, es natural que surja una sensación de malestar. Sin embargo, no importa lo mucho que estudiemos y aprendamos sobre la guerra, es muy difícil imaginar lo que las personas que pasaron por ella tuvieron que soportar. Y estos fragmentos de diarios escritos en aquellos días negros quizá puedan acercarnos un poco más a la terrible experiencia.
El Escuadrón 201, también conocido como “Águilas Aztecas”, se estableció en 1944 como parte de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (FAEM). La unidad se integró en respuesta al llamado del presidente mexicano Manuel Ávila Camacho, quien decidió enviar apoyo militar a los Aliados en su lucha contra las fuerzas del Eje. Por supuesto, esto en el marco de la Segunda Guerra Mundial que fue (y esperemos que siga siendo) el conflicto más devastador de la historia. Los ejércitos de dos países, Alemania y Japón (el ejército italiano no estaba a la altura de los otros dos) desataron su poder sobre las demás naciones, que en un principio no pudieron hacerles frente. Aquella era en un principio una lucha de gigantes contra niños.
Auschwitz reveló que la destrucción de los judíos y demás minorías por parte del régimen nazi están bien documentadas y no están sujetas a duda. El Holocausto (a pesar de lo que muchos fanboys quieran decir por ahí) sucedió en realidad. Lo extraño es que no tuvo que suceder así. Aunque el régimen nazi desde el principio fue antisemita —y anti comunista, y anti socialista, y anti etc. —Alemania no era el único país europeo en detestar abiertamente a los judíos. Durante el siglo XIX los peores casos de antisemitismo se dieron en Rumania y en Rusia, e incluso en Francia; durante la época del Segundo Reich los casos de ataques contra judíos en Alemania parecieron en realidad ir disminuyendo.
Para los albores de la Segunda Guerra Mundial, el equipo de elite de francotiradores de Alemania había mejorado considerablemente sus armas y sistemas ópticos. Durante la Gran Guerra, los alemanes habían entrado en cuenta de la importancia de estos elementos y se había destinado una gran cantidad de esfuerzos y recursos en su preparación.
En los episodios históricos de la guerra podemos encontrar un sinnúmero de atrocidades cometidas por los seres humanos contra su prójimo. El escenario de la Guerra del Pacifico durante la Segunda Guerra Mundial fue especialmente aterrador, con masacres y actos salvajes pocas veces vistos en la historia. A pesar de esto, uno de los momentos más sanguinarios no fue promovido por los seres humanos, sino por la furia del mundo animal.
El cine no es una fuente confiable de lo que sucede tras una gran detonación. Así las cosas, la cuestión es: “¿cómo es sobrevivir a una explosión atómica?”. Shigeko Sasamori, una residente de Hiroshima, en Japón, la ciudad bombardeada por los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, tenía trece años cuando sobrevivió a la primer arma nuclear lanzada sobre una población en el mundo. Según la versión de Shigeko, dale un vistazo a 7 cosas que podemos aprender de quien sobrevive a una explosión atómica.
