La agobiante rutina diaria apenas y nos permite disfrutar de nuestros pasatiempos cuando regresamos a casa del trabajo. Aunque para Linden Gledhill las cosas son diferentes. El bioquímico farmacéutico regresa a casa y se encierra en su laboratorio, una instalación que no tiene nada que envidarle a la Baticueva. Con equipo hecho a medida, este hombre registra la mezcla de exuberantes exhibiciones en diversos eventos científicos. Y uno de sus últimos trabajos revela la cautivante belleza del sonido en el agua.
