¿Recuerdan aquella famosa frase del Canaca, “¿Y qué? No he chocado”, cuando se le cuestionó sobre su estado etílico mientras conducía? Irónicamente, Guillermo López Langarica (su nombre real) murió a manos de una mujer ebria que lo atropelló con su automóvil, un ejemplo de que la muerte tiene un sentido del humor bastante ácido.
La Weird Tech abarca todas las invenciones, proyectos e investigaciones que se basan en conceptos inusuales para la comunidad científica tradicional.
Puede parecer un tema de ciencia ficción, pero la Weird Tech desempeñó (y dicen que lo sigue haciendo) un papel protagonista en la maquinaria de guerra a lo largo de la historia. Gobiernos de todo el globo gastaban cantidades ridículas de dinero en proyectos que sobre el papel parecían sacados de los guiones de cine, pero que de llegar a tener éxito, podrían haber sido considerados el próximo gran avance en la industria bélica.
Reza por ahí el dicho de que “las armas son babosas en manos de los peligrosos” (válgame el sarcasmo). Y es un hecho, la mayoría de las lesiones provocadas por armas de fuego en manos inexpertas obedecen al principio de acción y reacción, situación que ya explicó a la perfección un hombre llamado Newton con su tercera ley.
El retroceso, también conocido como recoil, tiene lugar al momento en que un arma de fuego es disparada. Para no involucrarnos en asuntos específicos, la “patada” o retroceso es causada por la reacción que el proyectil imprime en el arma. Es sabido que cuando la pólvora encapsulada explota, los gases resultantes de dicha explosión se expanden impulsando el proyectil para un lado y el arma para otro, y cuando la persona no asegura el arma con la fuerza adecuada (el principio del a inercia de Newton), la experiencia puede ser muy dolorosa.
Antes que la aparición de la endemoniada ametralladora Gatling hiciera estragos en los campos de batalla durante la Guerra de Secesión, muchos otros inventores intentaron fabricar un arma capaz de efectuar disparos consecutivos.
Da Vinci fue uno de los pioneros en el tema, nombres como Billinghurst, James Puckle y Ezra Ripley también lo intentaron. Este último llegó a concebir el concepto de un gran tambor de revolver armado, pero no tuvo éxito. Cada uno de estos individuos lo intentó, pero invariablemente terminaban fallando debido a defectos mecánicos causados por las limitaciones técnicas y la munición poco adecuada para este tipo de armamento. Uno de los problemas era que las armas se bloqueaban, se encasquillaban o simplemente cesaban el fuego cuando se intentaba hacer que dispararan continuamente. Algunos de los prototipos llegaron a estallar durante las pruebas.
Un nuevo y devastador modelo de munición fue lanzado el mes pasado en una convención de armas y tiros en Las Vegas, en los Estados Unidos. De forma muy sugerente el producto fue bautizado con el nombre de “RIP“, las siglas en inglés para Radically Invasive Projectile (Proyectil Radicalmente Invasivo), aunque también se trata de un juego de palabras con el acrónimo de “Rest In Peace” (Descanse en Paz), de expresión común en Inglés.
Estos proyectiles presentan un diseño muy distintivo y el secreto de su eficacia es la punta hueca que se divide en varios trozos después del disparo. Según G2 Research, la empresa responsable del desarrollo de este producto, la munición fue creada para garantizar la seguridad personal, ya que esta es “la última ronda que vas a necesitar.”
Cualquier guerrero medieval hubiera evitado a toda costa confrontar a alguien que portara alguna de estas raras, mortales y crueles armas del mundo antiguo.
Desde hace siglos, los hombres ideaban instrumentos para aplastar, torturar y asesinar a sus contrincantes, mucho antes de la existencia de las armas modernas que eliminan a las personas en unos pocos tiros y a la distancia. Las armas de la antigüedad se destacaban por poseer métodos que, sin duda, ninguno de nosotros desearía experimentar. Echa un vistazo a algunos de estos siniestros modelos.