El tema que deseo abordar hoy es un poco complejo. Algo que no debería suceder si tuviéramos una educación en la que se diera valor a las ciencias humanas y a la filosofía. Desafortunadamente, nuestra sociedad no fue educada en la importancia de entender el mundo a partir de conocimientos que analizan los varios fenómenos sociales a los que estamos conectados directa o indirectamente. Como consecuencia, hay un pueblo altamente despolitizado.
Vivimos en un huracán social que de la forma más discreta o descarada nos impulsa a la competencia, a tener éxito, a lograr cosas, a ser mejores día con día. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado si lo estás haciendo bien? ¿O hasta qué punto puede considerarse que el ser humano promedio está tenido éxito en la vida? Lo cierto es que no hay una guía, no existen unos parámetros, el éxito (familiar, laboral, espiritual, personal, etc) es algo que debe conquistarse a diario, pero, existen algunas señales que te indican que lo estás haciendo bien.
Las historias infantiles se encuentran repletas de lecciones y mensajes interesantes aplicables a la vida real, especialmente a las relaciones afectivas y familiares. Ese es uno de los motivos por lo que acostumbran a tener tanto éxito no solo entre los pequeños, sino también entre los más grandes. La película de Frozen es un buen ejemplo de eso. Posee toda una vasta cantidad de situaciones y dilemas personales y familiares que valen la pena ser analizados a profundidad.
¿Te ha sucedido que olvidas algo y un amigo lanza la típica frase de “ya estás viejo”? Bueno, tu amigo no está del todo equivocado, es un hecho comprobado que la perdida de la memoria está directamente relacionada con el envejecimiento.
Si entre tus metas para el 2015 está pasar el examen de titulación, quizá hacer una buena tesis o simplemente hacer la computadora a un lado para empezar a leer más, las siguientes recomendaciones a continuación te serán muy útiles.
Una ingesta alta de una dieta occidental en jóvenes de 14 años se asocia con un desempeño cognitivo bajo a los 17 años. Los investigadores descubrieron que los adolescente con un consumo elevado de alimentos tipo fast food, carnes rojas y procesadas, refrescos y frituras tuvieron un desempeño más bajo en tareas de cognición, particularmente en aquellas que implican tiempo de reacción, función psicomotora, atención visual, aprendizaje y memoria.
