Solía trabajar en una línea de prevención al suicidio

Te sorprendería la cantidad de llamadas de suicidas que recibimos todos los días. En ocasiones, eran personas solitarias que acudían a nosotros pues estaban sufriendo bullying, pasaban por un cuadro depresivo o tenían una relación tormentosa. Aunque a veces también recibíamos bromas, o gente que sólo llamaba para molestar. Un operador, incluso en las llamadas más extrañas, jamás puede ser franco y mencionar que no quiere saber sobre sus… extraños fetiches.


Solía trabajar en una línea de prevención del suicidio, propiedad de una empresa sobre la que no diré nombres por obvias razones, pero en todos esos años como voluntaria, recibí muchas llamadas que terminaron afectándome profundamente o me dejaron confusa y sin palabras.

Uno de los casos más desconcertantes fue el incidente que tuve con una chica llamada Kelly.

No hacía mucho que había ingresado a la línea cuando una chica de nombre Kelly llamó. Su caso era muy distinto a otros con los que solía lidiar (las bromas, llamadas reales de suicidio, llamadas extrañas, etc.). Había llamado pidiendo consejos sobre su mejor amiga suicida.

 

Kelly: Hola, mi nombre es Kelly. ¿Me podrían ayudar?

Yo: Por supuesto, estamos aquí para ayudar.

Kelly: Creo que mi amiga se quiere matar…

Yo ¿Qué te hace pensar esto?

Kelly: Una vez me dijo que no estaba feliz en casa. De vez en cuando también le hacen bullying en la escuela. Y a veces… pero sólo a veces, habla sobre suicidio. Sólo quiero ayudarla. Pero no sé que debo hacer… yo no quiero que se mate, ella es mi mejor amiga.

Kelly hablaba con preocupación, su voz evidenciaba nerviosismo.

Yo: Está bien, Kelly, ¿te puedo decir Kelly, verdad?

Kelly: Claro.

Yo: Muy bien, Kelly, no saquemos conclusiones precipitadas por el momento. ¿Esta amiga ha actuado extraño últimamente?

Kelly: Hmm… Más o menos, eso creo. Me está evitando. De hecho, evita a todo el mundo. No responde llamadas ni mensajes de mí ni de nadie, es como si no existiera después de la escuela. Dejó de ir al club de arte, a pesar de que lo ama… o amaba, estoy preocupada pues nunca hizo nada parecido antes.

Yo: ¿Has intentado hablar con ella sobre esto?

Kelly: No… Me da miedo que se distancie más, o que me odie.

Yo: ¿Por qué te odiaría por preocuparte por ella?

Kelly: Tienes razón. ¿Pero cómo lo hago?

Yo: Recuerda, hipotéticamente tu amiga también podría tener miedo de que termines odiándola y evitándola.

Kelly: ¿Entonces no se lastimaría?

Yo: Así es, podrías conversar con ella sobre esto. Pero recuerda que es de forma hipotética.

Kelly: Ya entiendo. Creo que sé cómo hablar con ella. Gracias por escucharme. Creo que sólo necesitaba de alguien que escuchara mis preocupaciones.

Yo: Por nada, buena suerte con tu amiga.

Kelly: Espera, ¿puedo saber tu nombre, y podría hablar de nuevo contigo?

Yo: Generalmente no se nos permite decirlo, pero pregunta por Robbie la próxima vez que llames e intentaré atenderte.

Kelly: Muy bien, muchas gracias señora. Que tenga un buen día.

 

 

Esa fue la primera llamada de Kelly. Me sentía muy orgullosa de mí misma por resultar útil para alguien más, pero esta conversación rápidamente fue olvidada mientras seguía atendiendo más llamadas. Aproximadamente un mes pasó en perfecta normalidad, hasta que recibí la próxima llamada de Kelly.

En ese momento no atendía la línea, estaba haciendo una pequeña pausa. Anne, otra de las operadoras voluntarias fue hasta mí para decir que había una llamada urgente, la persona se negaba a hablar con alguien que no fuera yo.

Una persona llamada Kelly.

Yo: ¿Kelly? Soy Robbie, ¿algo salió mal?

Hubo un sonido débil y lejano que sonaba como un grito.

Kelly: Mi amiga. Amenaza con saltar. Yo – LLANTO – no sé qué debo hacer.

Me quedé sorprendida por un momento. Me tomó algo de tiempo procesar lo que estaba sucediendo. Intenté guardar la compostura. No podía permitir que Kelly perdiera a su mejor amiga.

Yo: ¡Kelly, Kelly! Por favor, intenta tranquilizarte, respira hondo. Debemos mantener la mente clara para ayudar a tu amiga, ¿sí?

Kelly: Sí – RESPIRACIONES – llamé a la policía y deben estar por llegar… lo siento mucho, pero solamente necesito a alguien. A quien sea. Me pidieron que intentara evitar que salte… pero, yo…

Yo: Perfecto. Aquí estoy para ti. ¿Sí?

Hubo un momento de silencio y pude escuchar otra serie de gritos.

Kelly: Lo siento mucho, lo siento mucho – LLANTO.

Yo: ¿Kelly, aún estás conmigo?

No hubo respuesta. Lo único que podía escucharse era el sonido de un fuerte viento.

Kelly: ¡NO! BRI, POR FAVOR. NO LO HAGAS.

Yo: ¿Kelly?

Kelly: DISCÚLPAME POR NO ESTAR ALLÍ. TE LO IMPLORO. NO ME DEJES.

Kelly gritaba con todas sus fuerzas. Solo escuchaba el llanto y su voz vacilante. Abrí la boca para decir algo, cualquier cosa, pero no me salió nada. Lo único que podía hacer era sentarme y escuchar con los ojos llenos de lágrimas.

Desconocido: ¡Señora!

 

La llamada se interrumpió de forma abrupta. Lo último que escuché fue lo que yo esperaba fuera un oficial de policía o alguien que haya advertido la situación. Me solté a llorar y el torpe latido de mi corazón fue reemplazado por un profundo sentimiento de culpa. Me sentí una tonta, y ya no quise trabajar ese día. El resto de operadores fue bastante comprensible con mi situación y la salida antes de tiempo.

El resto del día hice mi mejor esfuerzo para tranquilizarme. Intentaba convencerme de que no pude haber hecho nada, que hice todo lo que estaba en mis manos.

Al día siguiente las cosas no mejoraron. Fue un milagro que me despertara por la mañana. Tenía los ojos hinchados, la almohada estaba humedecida por las lágrimas y mi cabello parecía el nido de un pájaro. Una pequeña esperanza de que Kelly y su amiga lograran salir bien de esa situación me animó a volver al trabajo esa mañana extenuante.

Pasaron algunas semanas pero el incidente aún se mantenía fresco en mi mente. Finalmente pude aceptar lo que sucedió y, aunque sea doloroso pensar en ello, aquella experiencia me hizo trabajar más duro. Las heridas de aquel terrible día empezaban a sanar, y aunque ya había aceptado que nunca sabría si la amiga de Kelly logró sobrevivir, terminé descubriendo lo que pasó.

No, nunca fui a investigar. Kelly jamás me dijo donde vivía, por lo que ir a buscarla ni siquiera era una posibilidad. En lugar de eso, encontré a Kelly por casualidad en un café.

Recién había pedido un latte con vainilla cuando una chica joven caminó hacia mí.

Tenía un largo cabello castaño ondulado atado en una cola de caballo y grandes ojos negros que daban la impresión de que siempre estaba en shock, también algunas pecas le salpicaban el rostro. Parecía de unos quince años. No la reconocí.

“Disculpe, ¿de casualidad su nombre es Robbie?”

Asentí con la cabeza. “Sí, yo soy Robbie. Perdón, ¿te conozco?”

“Soy yo, Kelly”, me dijo.

“¡Oh por Dios!”, exclamé. “¿Cómo está tu amiga? Ella está…”

Negó con la cabeza. “¿Bri? No, ella está bien ahora… no recuerdo muy bien lo que sucedió. El policía que me ayudó me contó que me desmayé y que…” Se detuvo un instante, como si estuviera recordando algo. Pero antes de que pudiera interrumpirla, volvió a la normalidad rápidamente.

“Como sea, gracias a Dios. Creí reconocer tu voz, pero temía que fueras la persona incorrecta o fueras la Robbie equivocada. ¿Estás con alguien más?”

Le negué con la cabeza. “No, solo vine a beber algo. Tengo planes para más tarde. ¿Y tú?”

Asintió y apuntó al fondo de la cafetería a una pequeña mesa para dos. “De hecho estoy aquí con Bri, ya está mucho mejor. Sus padres la están llevando a terapia. Te la voy a presentar”.

Sonreí. “Por supuesto”.

Me llevó hasta la pequeña mesa para dos y se dirigió a una de las sillas vacías.

“Brianna, ella es Robbie, la mujer que me ayudó. Robbie, ella es Brianna Rose, mi mejor amiga”.

Me quedé allí, paralizada. La chica le hablaba a una silla vacía. A una silla vacía.

Brianna Rose…

¿Dónde lo escuché?

EN PAZ DESCANCE, BRIANNA ROSE 15/12/16

La esquela de una joven que se había suicidado me pasó por la mente. Yo pasaba por ese lugar de vez en cuando.

Lo que más me horrorizó fue que Brianna Rose murió dos meses antes de la primera llamada de Kelly.

7 comentarios en “Solía trabajar en una línea de prevención al suicidio”

  1. Bueno no entendí nada. ¿Era esquizofrénica? ¿Veía fantasmas? ¿Múltiple personalidad? ¿Era un fantasma esquizofrénico con múltiple personalidad? ¿Qué fue eso?

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